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Se mudó a Portugal con su esposo para empezar una nueva vida. Pero lo inesperado la cambió para siempre

2024-11-28

Autor: Antonio

(CNN) – Convencer a su esposo de retirarse anticipadamente y dejar atrás sus vidas en San Diego, California, para viajar por el mundo en 2018 no fue tarea sencilla para Kimberly Walker, originaria del ‘Estado Dorado’. La exdiseñadora de paisajes recuerda cómo Mark, quien trabajaba en un empresa de pérdida de peso y nutrición, se mostró renuente al principio. Sin embargo, la persuasión de Kimberly lo convenció finalmente: 'Mira, pase lo que pase, vamos a desear haber empezado antes', le dijo. Esta decisión marcó el inicio de una transformación inolvidable en sus vidas.

Después de casarse en 1997, la pareja viajó como nómadas durante cuatro años, visitando países como Polonia, Montenegro y Australia, hasta que en marzo de 2021 decidieron establecerse en Portugal. Kimberly observa que a Mark, un entusiasta del ciclismo, le encantaba el clima cálido y soleado del país. Sin embargo, todo cambió de la noche a la mañana hace ocho meses, cuando Mark falleció repentinamente. Desde entonces, Kimberly ha tenido que aprender a vivir sin su amado esposo en el destino que habían elegido para comenzar de nuevo.

La motivación detrás de su decisión de abandonar EE.UU. no era huir de los problemas, sino explorar el mundo juntos. 'Solo queríamos viajar y disfrutar de la vida', afirma. Una vez listos para mudarse, vendieron la mayoría de sus pertenencias y se despidieron de amigos y familiares. En su búsqueda de nuevas experiencias, visitaron varios países europeos y documentaron sus aventuras en un blog en línea.

La pareja planeaba mudarse a Portugal desde antes de la pandemia y, tras haber estado 'atrapados' en Nueva Zelanda durante 18 meses, decidieron que era hora de sentar cabeza. Así, empezaron el proceso para obtener su visa D7, que les permitiría residir en el país.

Settled in Vilamoura, en el sur de Portugal, Kimberly y Mark se adaptaron a su nuevo estilo de vida, el cual se caracterizaba por una sorprendente calma y paciencia que encontraban en la cultura local. Paradójicamente, esta cultura contrastaba enormemente con la prisa y el consumismo del estilo de vida estadounidense. 'Es algo que no notas hasta que te alejas de ello', comenta Kimberly, al reflexionar sobre el materialismo que había dejado atrás.

La fatalidad llegó cuando estaban de visita en España. Marc sufrió un fatal ataque cardíaco. Desde entonces, Kimberly ha estado lidiando con su ausencia mientras navegaba por un entorno que una vez fue su hogar compartido. A pesar del dolor, ella decidió no regresar a EE.UU., afirmando que había estado fuera demasiado tiempo y que ese país ya no se sentía como su hogar.

A través del apoyo de su comunidad local en Portugal, Kimberly ha aprendido a gestionar su pérdida. Adoptó un perro llamado Honey para no sentirse tan sola y ha comenzado a reconstruir su vida. Sin embargo, a pesar de las dificultades, siente que el duelo que atraviesa es parte fundamental de honrar la vida que compartió con Mark.

Kimberly ha continuado viajando, aunque ha encontrado la experiencia de viajar sin su esposo extremadamente desafiante. Recientemente, emprendió el viaje a Noruega que habían planeado juntos, experimentando una mezcla de emociones a lo largo de la travesía.

Al mirar hacia el futuro, Kimberly está determinada a seguir adelante, sin cerrar puertas a nuevas oportunidades. Ha comenzado a considerar la idea de la residencia permanente en Portugal y continúa aprendiendo portugués con la esperanza de adaptarse por completo a su nueva vida. Ella reconoce que el camino es duro, pero está decidida a honrar su pasado mientras sigue buscando su felicidad.

La historia de Kimberly es un emotivo recordatorio de la fragilidad de la vida y el poder de la resiliencia, revelando que incluso en medio del dolor más profundo, es posible encontrar nuevos comienzos.