
Seis personas detenidas por estafar 19 millones a más de 200 víctimas mediante inteligencia artificial
2025-04-07
Autor: José
Un impactante caso de estafa ha sido destapado, afectando a hasta 208 personas que fueron víctimas de un sofisticado engaño que se desarrolló en tres fases. A pesar de que los afectados se dieron cuenta del fraude tras la primera fase, los delincuentes habían diseñado etapas adicionales que instaban a las víctimas a seguir inyectando dinero con la esperanza de recuperar lo perdido. Sin embargo, ninguno recuperó su inversión, y los que siguieron hasta el final perdieron dinero en múltiples ocasiones.
La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a seis individuos, quienes lideraban una peligrosa organización criminal que logró estafar 19 millones de euros prometiendo inversiones seguras en criptomonedas. Hasta ahora, las autoridades han recuperado solo 100,000 euros, lo que representa apenas un 0.5% del total estafado.
La investigación se inició hace más de dos años cuando un hombre de Granada denunció haber sido estafado en 624,000 euros. Esto llevó a las fuerzas de seguridad a Alicante, donde los delincuentes operaban, y a detectar que muchos de los estafados residían en distintos pueblos de Granada. Una de las tácticas usadas incluía la simulación de relaciones afectivas, similar al famoso caso de la estafa de Brad Pitt, además de técnicas avanzadas de marketing personalizadas utilizando inteligencia artificial (IA).
El primer paso del engaño era una mezcla de estafa clásica perfeccionada mediante el uso de IA. Los delincuentes, con edades entre 34 y 57 años, publicaban anuncios de inversión en criptomonedas en diversas páginas web. Utilizando algoritmos, seleccionaban a víctimas cuyos perfiles se adaptaban a sus objetivos. A partir de ahí, las víctimas recibían campañas publicitarias en sus redes sociales habituales, donde se les ofrecían inversiones en criptomonedas con promesas de altas rentabilidades y sin riesgos.
Curiosamente, la primera inversión siempre venía acompañada de ingresos rápidos y atractivos, lo que motivaba a las víctimas a seguir invirtiendo. Sin embargo, cuando estas solicitaban el reembolso, era entonces cuando comenzaban a percatarse de la situación real: su dinero nunca regresaba.
A pesar de esto, el mecanismo seguía funcionando. Después de un tiempo, los estafadores activaban la segunda fase del plan: se comunicaban nuevamente con las víctimas, asegurando que el dinero estaba bloqueado pero era posible recuperarlo, siempre y cuando realizaran un nuevo pago. Las víctimas, con la esperanza de recuperar su dinero, caían nuevamente en la trampa.
El engaño tenía una última etapa bastante cruel. Aquellos que denunciaron a la policía esperaban algún tipo de respuesta positiva sobre la recuperación de su dinero; sin embargo, recibían comunicados de supuestos agentes de Europol o abogados británicos que resultaban ser fraudulentos. Estos les informaban que su dinero estaba localizado, pero que debían pagar impuestos para desbloquear su inversión. Insistentemente, muchos estafados accedieron a realizar estos pagos, sumando a las pérdidas originales y los valores para desbloquear su dinero.
Este caso pone de relieve no solo la sofisticación de las estafas modernas, sino también la vulnerabilidad de las personas ante las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial. Es crucial que todos permanezcamos alerta y educados en materia de inversiones para evitar caer en estas trampas mortales.