Mientras la reina Sofía se sumergía en la vibrante Madrugá sevillana, sus nietas, Victoria Federica de Marichalar e Irene Urdangarin, vivieron una Semana Santa inolvidable, aunque en diferentes escenarios de Málaga. Victoria, la hija de la infanta Elena, se escapó a Marbella, con la intención de empaparse de las tradiciones que llenan de procesiones la Costa del Sol.

Este Jueves Santo, la joven influencer, conocida por su profunda fe, asistió a la emotiva procesión del Cristo del Amor. Un evento muy especial, ya que sus abuelos maternos, Don Juan Carlos y Doña Sofía, tenían roles destacados en la hermandad. Victoria tuvo el honor de tocar la campana que marca el paso de los costaleros, un momento inolvidable que compartió en sus stories de Instagram, generando una oleada de comentarios entusiastas.

A pocos kilómetros de allí, Irene Urdangarin disfrutó de la Semana Santa en la capital, Málaga, desde un palco de autoridades. Aunque su rol fue más pasivo, su presencia no pasó desapercibida. Estuvo acompañada por su novio, Juan Urquijo, y familiares, incluyendo al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. La joven de 19 años estuvo en el evento más celebratorio de la ciudad, la procesión del Cristo de la Buena Muerte.

Irene y Juan fueron el centro de atención, especialmente por la compañía de su familia, dado que Teresa Urquijo, hermana de Juan, también estuvo presente, celebrando la inminente llegada de su primer hijo. Este encuentro familiar en Málaga también coincidió con el 50º cumpleaños del alcalde, quien junto a su familia, disfrutó de un evento que mezcla tradición y celebraciones.

Desde sus inicios, Irene y Juan, quienes han estado ligados por sus familias, evidencian que su relación se fortalece. Allí, en el corazón de la Semana Santa malagueña, los lazos entre estas dos jóvenes royals y sus seres queridos se afianzan, dejando un recuerdo imborrable en todos los presentes.