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SEVILLA / García bien vale una misa - Celebrando 250 años de Manuel García

2025-04-07

Autor: Manuel

Sevilla. En la histórica Iglesia de San Luis de los Franceses, el pasado 6 de abril, tuvo lugar un evento sobresaliente como parte del Festival de Música Antigua de Sevilla. Esta celebración musical rindió homenaje a los 250 años del nacimiento de Manuel García, una figura crucial en la historia de la música sevillana.

El festival, bajo la dirección de Fahmi Alqai, presentó un selecto elenco formado por la soprano Carmen Paula Romero, la mezzosoprano Marina Pardo, el tenor César Arrieta y el barítono Enrique Sánchez, acompañados por el organista Silvio Salado y el Numen Ensemble dirigido por Jerónimo Marín. La obra presentada incluyó piezas de H. Eslava, G. Rossini y, por supuesto, la Misa n° 4 de García, destacando la importancia de García como compositor de música religiosa, aunque su producción en este campo sea menos conocida.

El evento fue también un recordatorio del arduo trabajo de revivir el legado musical de García. En años anteriores, Marín y el Numen Ensemble han sido pioneros en rescatar la música de este compositor, y planean continuar su labor con presentaciones en otras ciudades como Úbeda y Baeza. Esto demuestra no solo la creatividad melódica de García, sino también su habilidad para fusionar lo sagrado y lo profano en sus obras.

La interpretación comenzó con tres breves obras de Eslava y Rossini, proporcionando un excelente preludio que permitió afinar el sonido del coro. Aunque al principio las sopranos tuvieron dificultades en alcanzar la homogeneidad del grupo, poco a poco la ductilidad del conjunto se hizo evidente, guiados por la dirección atenta de Marín.

El momento culminante de la noche llegó con la Misa n° 4 de García, donde un cuarteto de solistas brilló en el escenario. Carmen Paula Romero destacó con su dulce voz, seduciendo al público en el "El incarnatus" con ágiles coloraturas. Marina Pardo presentó una voz oscura y poderosa, creando una complementación perfecta en pasajes como el "Quoniam tu solus". César Arrieta impressionó con su intensa presencia vocal y lírica, especialmente en la emotiva invocación "Miserere", mientras que Enrique Sánchez llenó la iglesia con sus resonantes graves, ofreciendo un legato que cautivó a todos.

Las modulaciones complejas de García fueron ejecutadas con maestría, evidenciando no solo la habilidad técnica de los cantantes, sino también la profunda comprensión del director sobre la obra. La expresión emocional en "Qui tollis" y los momentos fugados del "Gloria" y del "Credo" fueron ejemplos sobresalientes del control y la claridad que Marín logró en la polifonía.

El órgano de Silvio Salado aportó una textura rica y equilibrada, funcionando como un suave colchón sonoro que complementaba el coro y los solistas, creando una atmósfera de reverencia y solemnidad. Aunque algunos espectadores notaron una ligera falta de énfasis en el "Sanctus", el conjunto logró una interpretación rica en matices y emoción.

Este evento no solo celebró la obra de Manuel García, sino que también reforzó la importancia del Festival de Música Antigua de Sevilla como un espacio para revivir y redescubrir el patrimonio musical de la región, destacando cómo la música puede ser un vehículo para recordar la rica historia cultural de Andalucía.

Andrés Moreno Mengíbar (foto: Lolo Vasco)