¡Increíble! Shakira brilla en su gira mundial 'Las mujeres ya no lloran', donde ha logrado cifras récord y ha llenado a reventar siete conciertos consecutivos en Ciudad de México. La cantante colombiana, con 35 años de carrera a cuestas, ha demostrado que su talento y carisma están más vivos que nunca.

Sin embargo, detrás de este resplandor hay un lado más oscuro. En una emotiva entrevista con el medio mexicano N+, la artista confesó que, a casi tres años de su ruptura con Gerard Piqué, aún no ha logrado dejar atrás completamente la tristeza. "Los procesos de sanación tardan muchos años, pero he aprendido que se puede ser feliz incluso llevando un dolor profundo, como una herida que no sana", compartió Shakira.

Utilizando una emotiva metáfora, describió su estado interior: "Es como estar en una fiesta donde ya te duelen los pies, pero sigues bailando". A pesar del sufrimiento, Shakira afirma que continúa "celebrando, bailando y cantando". No oculta que hay momentos en que las lágrimas caen, 'por las razones necesarias', y se siente liberada al expresar su dolor.

La música ha sido su salvación. "Escribir canciones me ha quitado un gran peso de encima. Para mí, escribir es un proceso catártico fundamental. Dios me ha dado la posibilidad de expresarme así, y así es como una loba se lame las heridas. Cada uno verá mi trabajo de diferente manera, pero yo soy responsable de mi propia vida", declaró la cantante.

En medio de su proceso de sanación, Shakira también reveló quiénes la han apoyado en este complicado camino: sus hijos y amigos. Este amor y apoyo incondicional le han permitido resurgir de las cenizas, así como el cariño del público, que a menudo se manifiesta en sus conciertos con gritos en contra de Gerard Piqué. Aunque ha intentado no prestarles mucha atención, admitió: “No escucho esos gritos porque tengo estos auriculares, pero siempre pregunto qué es lo que dicen. Al final, la gente debe ser libre de expresar lo que siente".

Con su valentía, Shakira nos recuerda que la vida sigue, y aunque el dolor puede ser profundo, siempre hay espacio para la alegría y la celebración.