Una Amistad que Nació del Dolor

Sor Geneviève, la monja que conmovió al mundo, rompió el protocolo el pasado miércoles al rendir homenaje al ataúd del Papa Francisco, con quien compartía un vínculo forjado en medio de la tragedia. Esta relación se originó por el asesinato de su tía durante la oscura dictadura argentina.

Un Momento que Capturó la Atención Mundial

Originaria de Francia y perteneciente a las Hermanitas de Jesús, Sor Geneviève dedicó varios minutos ante el ataúd del querido Papa, eclipsando a los cardenales presentes. Su acto, cargado de emoción, se convirtió rápidamente en noticia internacional.

Recuerdos de una Lucha Dolorosa

En un video publicado el mismo día, la monja reflexionó sobre su relación con Francisco, quien la conoció en 2005 cuando aún era arzobispo de Buenos Aires. La vida de Geneviève cambió tras el brutal asesinato de su tía, Léonie Duquet, en un 'vuelo de la muerte' en 1977, donde también fueron víctimas otras religiosas y activistas.

Una Defensa de la Verdad en Tiempos Oscuros

Reflexionando sobre éste periodo oscuro, Geneviève comparte que lloró durante toda la misa en honor a su tía, luchando con el dolor de ver a parte de la Iglesia alineada con una dictadura sanguinaria. Su dolor se transformó en una búsqueda de justicia y reconocimiento.

Conexiones que Traspasan Fronteras

Geneviève, siempre atenta a las familias de desaparecidos, llegó a firmar cartas a líderes políticos como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, instando a no olvidar el sufrimiento de aquellos que perdieron a sus seres queridos.

Una Conversación que Cambió su Vida

Decidida a hacer oír su voz, Sor Geneviève escribió a Bergoglio, quien, tras convertirse en Papa, mantuvo su compromiso de ayudar a las víctimas de la dictadura. Su relación floreció, llevando a Francisco a visitar a la monja en la comunidad de feriantes donde reside.

Solidaridad en Tiempos de Crisis

Durante la pandemia, Geneviève se convirtió en un puente entre el Papa y un grupo de feriantes y trabajadoras del sexo, quienes enfrentaban una difícil situación económica. A través de su amistad, pudo facilitar el apoyo necesario para ayudar a estas comunidades vulnerables.

Un Último Adiós con una Promesa

El último encuentro entre Sor Geneviève y el Papa fue en la víspera de su muerte, donde ella lo vio transitar la plaza de San Pedro en su papamóvil, confiando en su recuperación. Su sentimiento de esperanza se convirtió en un conmovedor homenaje, al rezar por él ante su ataúd, dejando un legado de amor y compasión.

Reflejo de una Iglesia Inclusiva

El impacto de Sor Geneviève y su valiente amistad con el Papa Francisco resonará más allá de su vida, recordándonos la importancia de la empatía, la justicia y la lucha por los derechos de los más vulnerables en un mundo que aún necesita sanación.