El icónico Sylvester Stallone, conocido mundialmente por su papel como Rocky Balboa, ha sorprendido a todos al realizar un gesto inusual: entregarle el cinturón de campeón mundial del Consejo Mundial de Boxeo a Donald Trump, quien recientemente logró una victoria contundente en las elecciones presidenciales. Esta acción ha generado una mezcla de reacciones entre admiradores y críticos, señalando el impacto significativo que los famosos personajes del boxeo tienen en la política estadounidense.

Stallone, quien ha expresado abiertamente su apoyo a Trump, ha llegado a describirlo como un "nuevo George Washington", resaltando el vínculo que el presidente tiene con el mundo de los deportes de combate desde los años 90. En esa época, Trump, aún un magnate inmobiliario, se destacó al ofrecer su casino en Atlantic City como sede para eventos de WrestleMania, lo que convirtió este espectáculo en un fenómeno de gran éxito en el ámbito del entretenimiento norteamericano.

Durante la entrega del cinturón, Stallone enfatizó: "Es un momento especial para el boxeo. Este cinturón verde y oro simboliza no solo la victoria, sino también la esperanza. Confirma a Trump como un verdadero amigo del boxeo y del WBC". La cita resalta la importancia de los lazos entre la presidencia y los deportes, sugiriendo que ambos sectores pueden beneficiarse de esta relación simbiótica.

No es un secreto que el apoyo inquebrantable de figuras del boxeo hacia Trump se ha intensificado en el contexto de la política actual, con numerosos atletas y promotores abrazando su figura como un fuerte aliado en un mundo que a menudo se siente incómodo con los cambios en la cultura deportiva. Dana White, presidente de la UFC, es uno de los más firmes defensores del presidente; su relación ha sido clave para asegurar la supervivencia de la UFC en sus inicios, justo antes de convertirse en una de las principales marcas de artes marciales mixtas (MMA) a nivel global.

Con este gesto, Stallone no solo destaca su admiración por Trump, sino que también reaviva el debate sobre la influencia que las celebridades pueden ejercer en la política. Algunos se preguntan: ¿Estamos presenciando el surgimiento de una nueva era en la que los campeones del ring también se convierten en campeones políticos? No cabe duda de que la relación entre el boxeo y el poder se encuentra en un momento crucial.