El clima de tensión en la Península de Corea se ha intensificado después de que el Ejército de Corea del Norte volara secciones de las carreteras que conectan a ambos países, algo que ha llevado a Seúl a realizar "disparos de advertencia" en su frontera fortificada. Este desacuerdo comenzó alrededor del mediodía (hora local), cuando los informes señalan que varias vías en el norte de la Línea de Demarcación Militar (MDL) fueron destruidas, según el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.

Como respuesta, el ejército surcoreano no dudó en "contraatacar" disparando en áreas ubicadas al sur de la MDL. Los esfuerzos por establecer una comunicación pacífica se ven eclipsados por esta reciente escalada, que se produce pocos meses después de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, declarara al Sur como su "enemigo principal". Desde entonces, el Norte ha implementado nuevas medidas de seguridad, incluyendo la instalación de minas y barreras antitanque, así como el despliegue de misiles con capacidad nuclear.

Esta situación se agravó la semana pasada cuando Corea del Norte anunció su plan de sellar permanentemente su frontera sur, en respuesta a los recientes ejercicios militares de Corea del Sur y las visitas de buques de guerra estadounidenses en la zona. Apenas un día después, Seúl había indicado que Pyongyang se estaba preparando para destruir más carreteras.

Además, el régimen norcoreano ha acusado a Seúl de utilizar drones para lanzar panfletos propagandísticos sobre Pyongyang, lo que llevó a Kim a convocar una reunión de seguridad dedicada a formular una respuesta militar inmediata. Si bien las carreteras y vías férreas que conectan ambos países han estado inaccesibles durante mucho tiempo, la destrucción de estas infraestructuras simboliza una negativa rotunda de Kim a entablar diálogo con el Sur.

Expertos como Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl, apuntan que el Norte podría estar erigiendo más barreras físicas a lo largo de la frontera, sugiriendo que estas explosiones podrían ser "trabajos preparatorios" para dicha construcción. Aunque el ejército surcoreano inicialmente negó la utilización de drones en el norte, finalmente optó por no hacer más declaraciones en medio de las acusaciones de Pyongyang, que amenazó con considerar cualquier futura incursión como una "declaración de guerra".

Desde 2022, la tensión ha aumentado considerablemente, con un incidente notable en el que cinco drones norcoreanos entraron en el Sur—el primer caso de este tipo en cinco años—lo que provocó respuestas por parte del ejército surcoreano, aunque ninguna de las aeronaves fue derribada. En respuesta, Seúl ha comenzado a desplegar tecnología láser para combatir futuras infiltraciones de drones, lo que, según las autoridades, mejorará significativamente su capacidad de reacción ante provocaciones del Norte.

Las relaciones entre ambas Coreas están en su punto más bajo, con el ejército del Norte afirmando la semana pasada que cerraría definitivamente su frontera sur, completando así una barrera física que podría consolidar aún más la separación entre ambas naciones. La atención internacional se centra ahora en cómo responderá Corea del Norte si las incursiones de drones se repiten, lo que podría desencadenar nuevas tensiones en la región. Cheong Seong-chang, del Instituto Sejong, ha indicado que podrían ocurrir gestos de represalia a lo largo de la frontera si esto sucediera.