¿Crees que no puedes cambiar?

Cuántas veces has escuchado la frase "yo soy así y no puedo cambiar". Seguro que en algún momento incluso tú te has sentido así. Pero, ¡basta de excusas! La ciencia ha demostrado que, aunque no sea fácil, nuestro cerebro posee la increíble capacidad de adaptarse y mejorar a cualquier edad, desafiando la idea de que somos seres fijos e inamovibles.

La magia de la plasticidad neuronal

La clave radica en la plasticidad neuronal, esa maravillosa capacidad que tiene nuestro cerebro de reorganizarse y adaptarse gracias a nuestras experiencias y aprendizajes. Laura Galarza, coach emocional y creadora del Método EB Emotional Business, nos explica que "a lo largo de la historia, nuestro cerebro ha tenido que evolucionar para responder creativamente a un mundo en constante cambio". Esta plasticidad implica que no estamos condenados a ser siempre de una misma manera.

¿Qué es la plasticidad neuronal?

Es el proceso que permite que nuestro cerebro cambie y adapte sus conexiones. Las neuronas no son un conjunto fijo, sino que continuamente forman nuevas conexiones y modifican las existentes, lo cual es esencial para aprender y recordar.

Tipos de plasticidad

Existen varias formas de plasticidad que son fundamentales para nuestra evolución y aprendizaje:

1. **Plasticidad sináptica**: Implica los cambios en la comunicación entre neuronas. Utilizarlas con frecuencia fortalece sus conexiones (potenciación a largo plazo) y aquellas que no se usan se debilitan (depresión a largo plazo). Por ejemplo, al aprender un nuevo idioma, se refuerzan las conexiones cerebrales; si dejas de practicar, pueden debilitarse.

2. **Neurogénesis**: Creación de nuevas neuronas, especialmente en áreas como el hipocampo, crucial para el aprendizaje y la memoria. Mantener hábitos saludables favorece este proceso.

3. **Reorganización cortical**: Cuando una parte del cerebro se ve afectada, otras áreas pueden asumir sus funciones. Por ejemplo, una persona que ha perdido la vista puede desarrollar una mayor sensibilidad en otras áreas como el tacto.

4. **Mielinización**: Mejora la velocidad de transmisión de información. Cuanto más practiques una habilidad, más mielina se genera, lo que la hace más eficiente.

¡Tú también puedes cambiar!

Toda esta capacidad de transformación desmonta el mito de que no puedes cambiar. Como dice Galarza: "Confundir el ser con una manera de responder al entorno limita tu creatividad y adaptabilidad". Aquí te dejamos algunas estrategias para fomentar tu plasticidad neuronal:

Consejos para fomentar el cambio

- **Repetición**: La práctica continua de nuevos comportamientos fortalece las conexiones neuronales.

- **Atención y consciencia**: Ser consciente de tus deseos de cambio refuerza nuevas conexiones.

- **Emoción**: Las experiencias emocionales profundas generan cambios significativos. ¡Cuidado con el estrés! El cortisol puede afectar negativamente la plasticidad.

- **Alimentación**: Una dieta rica en omega-3 y antioxidantes apoya la capacidad adaptable del cerebro.

- **Descanso**: Un buen sueño es crucial, ya que durante este periodo se consolidan los cambios neuronales.

- **Ejercicio**: La actividad física fomenta la neurogénesis y mejora la oxigenación cerebral.

Conclusión

Así que la próxima vez que te digas que no puedes cambiar, recuerda la increíble capacidad de tu cerebro. ¡Es hora de reescribir tu historia!