El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un paso drástico al firmar una orden ejecutiva que afecta directamente a los prestigiosos museos del Instituto Smithsonian. Este conglomerado cultural, que alberga más de 20 museos y centros de investigación, atrae cada año a millones de visitantes en Washington D. C. y Nueva York.

La orden tiene como objetivo eliminar lo que Trump considera "ideología inapropiada, divisiva o antiestadounidense" de las exposiciones y programas de estos museos y del Zoológico Nacional, ubicados en la capital del país.

Además, Trump instruyó al secretario del Interior a restaurar monumentos y estatuas que han sido retirados o alterados en los últimos cinco años, como parte de lo que él considera un esfuerzo por mantener una visión más pura de la historia estadounidense. Esta acción se enmarca en su campaña por moldear no solo la política, sino también la cultura del país.

La orden, titulada "Restaurando la Verdad y la Cordura en la Historia Estadounidense", confiere al vicepresidente J. D. Vance la responsabilidad de liderar este esfuerzo de purga cultural. No se permitirá que el Congreso financie exposiciones o programas que, según la administración, fomenten divisiones raciales.

En el punto de mira se encuentra el Museo de Historia de las Mujeres Estadounidenses, que se encuentra en desarrollo y está criticado por su intención de "reconocer a hombres como mujeres". Asimismo, el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroestadounidense es objeto de controversia, ya que se argumenta que ha caracterizado valores fundamentales como el "trabajo duro" y el "individualismo" como rasgos de la "cultura blanca".

Este último museo fue inaugurado en 2016, coincidiendo con la salida del expresidente Barack Obama, el primer presidente afroamericano de la historia de EE.UU.

La medida de Trump busca abarcar una transformación radical de la cultura estadounidense, la cual, según él, ha sido infiltrada por ideologías progresistas. Desde su llegada al poder, ha firmado múltiples órdenes que se dirigen a eliminar programas que promueven diversidad, equidad e inclusión en el gobierno federal. Algunas de estas decisiones han resultado en desafíos legales.

Notoriamente, Trump despidió a la junta directiva del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas y se autodesignó presidente de la institución. Esta acción generó una ola de críticas de actores y directores, quienes respondieron con cancelaciones de sus presentaciones.

Con el 250 aniversario de la firma de la Declaración de Independencia a la vista, esta orden también incluye instrucciones para restaurar el Independence Hall en Filadelfia, llevando su impacto cultural a un nivel aún más amplio. Mientras Trump avanza con su agenda, la nación observa con atención cómo esta estrategia afectará el futuro de la cultura e historia en Estados Unidos.