El conflicto entre Israel y Hezbollah se agudiza, con reportes recientes de ataques devastadores en Gaza que han dejado un saldo trágico de cinco muertos y más de 65 heridos tras un ataque israelí en el patio del Hospital Al Aqsa en Deir al-Balah. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que este fue el séptimo ataque al complejo hospitalario desde marzo de 2024, resaltando la grave situación humanitaria que atraviesa la región.

La enfermera de MSF, Eliza Sabatini, compartió el horror de la situación: "Las tiendas se incendiaron mientras la gente dormía. El hospital trató a 40 pacientes, incluidos 10 niños y ocho mujeres, muchos con quemaduras graves. Veinticinco pacientes más heridos tuvieron que ser trasladados debido a la falta de capacidad". Tales relatos subrayan la complejidad de un conflicto en el que los civiles son los más afectados.

Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) alegan que su ataque fue un "ataque preciso" en un centro de mando de Hamas, responsabilizando al grupo por el uso de infraestructura civil como escudo humano. Sin embargo, el conflicto ha dejado a muchos inocentes atrapados en medio del fuego cruzado.

En otro incidente, un ataque a una escuela en el campo de refugiados de Nuseirat dejó al menos 22 muertos y más de 5,000 refugiados se encontraban en el lugar en ese momento. Estos ataques han llevado a la ONU a cancelar una campaña de vacunación contra la polio en Gaza, agraviando aún más la precariedad de las condiciones de vida en la región.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha desestimado acusaciones de que su ejército ataca deliberadamente a las fuerzas de paz de la ONU, enfatizando que sus operaciones están dirigidas a neutralizar a Hezbollah, quien utiliza el territorio libanés para lanzar ataques contra Israel. Netanyahu insistió en que "Israel no está luchando contra el pueblo del Líbano, sino contra Hezbollah".

En la escena internacional, preocupaciones sobre la seguridad de las fuerzas de paz de la ONU han crecido, especialmente tras informes de que el ejército israelí ha disparado contra sus tropas. Funcionarios de Francia, Alemania y el Reino Unido han condenado cualquier ataque deliberado contra la FINUL, señalando que constituye una violación del derecho humanitario internacional.

Mientras tanto, Estados Unidos ha aumentado su apoyo a Israel, desplegando un sistema avanzado de defensa antimisiles THAAD, después de que el Pentágono anunció su instalación para ayudar a proteger a Israel frente a las amenazas de misiles balísticos, especialmente tras el intenso bombardeo de Irán.

Este clima de tensión se profundiza con la reciente muerte de cuatro soldados israelíes en un ataque con dron de Hezbollah, lo que plantea nuevos interrogantes sobre la eficacia de los sistemas defensivos de Israel frente a la amenaza emergente de los drones. La respuesta a este ataque incluye una promesa de investigación por parte del establecimiento militar israelí, que se esfuerza por entender cómo se logró penetrar sus defensas.

A medida que la crisis se intensifica, los expertos alertan sobre el costo humanitario del conflicto, con un llamado urgente a la comunidad internacional para actuar y detener esta espiral de violencia que afecta desproporcionadamente a civiles inocentes en ambas partes del conflicto.