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"Un agujero sin precedentes": los devastadores efectos de los aranceles del 25% a los coches en México

2025-04-05

Autor: Francisco

La situación actual de la industria automotriz en México está marcada por una sombra de incertidumbre debido a la guerra arancelaria desatada por el expresidente Donald Trump. Desde su llegada a la Casa Blanca, la retórica de su administración ha estado plagada de advertencias sobre nuevos aranceles, afectando no solo a naciones consideradas aliadas, sino también a socios comerciales históricos como México y Canadá.

Los aranceles del 25% a automóviles y partes desde el 2 de abril siguen generando alarmas en la industria. Aunque se habían planeado aranceles masivos a nivel global, la mayoría han sido suspendidos, exceptuando la alta carga impositiva a marcas estadounidenses que no cumplan con los estándares del tratado T-MEC.

Como respuesta a esta hostilidad comercial, Canadá ha decidido implementar un arancel similar al 25% sobre vehículos estadounidenses, lo que complica aún más las relaciones comerciales. Desde hace 60 años, estos países disfrutaban de un acuerdo que eliminaba aranceles en la importación y exportación de automóviles, una situación que ahora enfrenta un reformulamiento crítico.

Las primeras repercusiones ya son evidentes. Stellantis, un gigante automotriz, ha anunciado la suspensión temporal de 900 empleados en diversas plantas estadounidenses debido a la caída en la producción. En Canadá, 4,500 trabajadores se verán afectados por el cierre temporal de su planta en Ontario, mientras que la instalación de Toluca en México también permanecerá clausurada todo abril, afectando a 2,400 empleados.

Jim Farley, CEO de Ford, expresó en febrero su preocupación al afirmar que estos aranceles abrirían "un agujero en la industria estadounidense como nunca hemos visto". La mezcla de estas tensiones comerciales y la interdependencia de la producción automotriz están comenzando a manifestarse en decisiones críticas por parte de las empresas.

España, como un importante proveedor de piezas automotrices, tampoco escapa de esta crisis. La industria española deberá encontrar alternativas para mitigar el impacto, ya que el 4% de sus exportaciones en este sector van a Estados Unidos. Las empresas están evaluando si deben ajustar o incluso desplazar parte de su producción hacia otras regiones.

Gigantes como Mercedes contemplan retirarse de ciertos modelos como el GLA, ya que la estructura de costos podría poner en riesgo su rentabilidad. Volkswagen se enfrenta a un dilema similar, ya que el 43% de sus ventas en Estados Unidos provienen de Canadá y México. De acuerdo con Automotive News, la compañía alemana ya ha comenzado a frenar sus envíos de vehículos desde esas naciones.

Por otro lado, Toyota ha comenzado a ajustar su producción en Guanajuato, lo que se suma a la tendencia negativa observada en Honda, que también discute una posible reducción de personal. Estas acciones son solo un anticipo de lo que se perfila como una crisis prolongada y multidimensional en la industria automotriz debido a la guerra arancelaria.

El futuro de la industria en México y en toda América del Norte es incierto, y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para definir la estabilidad económica de millones de trabajadores en el sector.