Hoy, el mundo lamenta la pérdida del Papa Francisco en Roma, pero pocos recuerdan su discreta pero significativa visita a Valencia en 2006. Aunque nunca como Papa, Bergoglio, entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires, dejó una huella en la ciudad durante el V Encuentro Mundial de las Familias, presidido por su predecesor, el Papa Benedicto XVI.

El 8 de julio de aquel año, en uno de los periodos más trágicos de la historia valenciana, tras el devastador accidente de Metrovalencia que cobró 43 vidas, el cardenal Bergoglio celebró una misa en la parroquia del Santo Ángel Custodio. Peregrinos de habla hispana llegaron en busca de consuelo y esperanza en un momento de profunda tristeza.

Vicente Serrano, vicario de Acción Caritativa y Social de la archidiócesis, recordó a Bergoglio como "muy amable y humilde", añadiendo que la misa originalmente debía ser presidida por el Obispo de Santander, Vicente Jiménez, quien insistió en que fuera el cardenal quien lo hiciera. Serrano compartió su encuentro con Bergoglio, describiéndolo como una persona accesible, preocupada por las realidades sociales y la lucha contra la pobreza, lo que ya lo distinguía en Argentina.

Una de las monjas presentes en esa misa, Camino G, rememoró cómo conversaron con el cardenal antes del evento. "Se le veía tímido, observador y concreto, pero también teníamos la sensación de que estaba a punto de dar pasos significativos para la Iglesia y el mundo", comentó.

Gracias a las Hermanas Misioneras Eucarísticas de Nazaret, hoy se conservan fotografías de esa misa especial, y se sabe que la iglesia mantiene la casulla que Bergoglio utilizó, convirtiéndola en un símbolo de su paso por Valencia, que desde marzo de 2013 es parte de la historia de esta parroquia.

Así, en este momento de duelo, recordamos cómo un líder espiritual buscó consolar y conectar con el pueblo valenciano en un día marcado por la tragedia, dejando una herencia de esperanza y humildad.