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¿Un ladrón bondadoso? Entra a robar, realiza tareas del hogar y deja un mensaje sorprendente

2024-10-07

Autor: Marta

En España, los robos en hogares son una experiencia angustiante para muchos, pero un reciente caso en Gales ha dejado a todos boquiabiertos. Damian Wojnilowicz, un hombre de 36 años, entró en la casa de una mujer con la intención de robar, pero su comportamiento fue muy inusual. En lugar de llevarse objetos de valor, decidió hacer diferentes tareas del hogar.

Según informes del juicio, Wojnilowicz ingresó en la residencia cuando la dueña había salido a trabajar. Utilizó ese tiempo para preparar la casa y hasta se dio un festín con la comida y el alcohol que encontró, todo mientras realizaba múltiples actividades del hogar, como colgar la ropa en el tendedero y limpiar el suelo.

Pero eso no es todo. Tras su inesperada visita, el ladrón dejó una nota que decía: “No te preocupes, sé feliz”. La fiscal Alice Sykes mencionó que la mujer se percató de lo sucedido cuando su vecina la alertó sobre la presencia de alguien en su tendedero.

El escandaloso giro de esta historia no termina ahí. Dos semanas después, Wojnilowicz volvió a robar en Newport, repitiendo su extraño comportamiento: lavó la ropa de la víctima y se ayudó de la comida que encontró en su refrigerador. Aunque sus acciones parecieran tener una intención 'bondadosa', las consecuencias fueron devastadoras para las víctimas, quienes experimentaron ansiedad y miedo después de los incidentes.

Afortunadamente para las víctimas, contaban con cámaras de seguridad que grabaron el robo. Inmediatamente, contactaron a un familiar, quien alertó a la policía. A los pocos minutos, el ladrón fue detenido.

Pese a su inusual carácter, la corte fue severa con Wojnilowicz. La fiscal enfatizó que, para las víctimas, fue una experiencia traumática que impactó seriamente su bienestar emocional. Tabitha Walker, la abogada de defensa, insistió en que el ladrón mostró arrepentimiento, sin embargo, su actitud sarcástica durante el interrogatorio despertó dudas sobre la sinceridad de sus disculpas.

Finalmente, el juez decidió condenarlo a 22 meses de prisión, al considerar sus actos como una “significativa intrusión” en la vida de las personas. Este inusual caso nos lleva a preguntarnos: ¿Hasta dónde puede llegar un ladrón? ¿Es posible que detrás de un delito haya acciones que sorprendan y desconcierten? Lo cierto es que, aunque su acto fue peculiar, el daño emocional que causó a las víctimas no debe subestimarse.