¡Un olor inquietante en la nave rusa! Retrasa la llegada de suministros vitales para los astronautas de la ISS
2024-11-26
Autor: Carmen
La NASA ha informado recientemente que, el sábado 23 de noviembre, la nave de carga no tripulada Progress MS-29 logró acoplarse satisfactoriamente al módulo Poisk de la Estación Espacial Internacional (ISS). Sin embargo, al abrir la escotilla, los cosmonautas de Roscosmos detectaron un 'olor inesperado' y pequeñas gotas en el interior, lo que llevó a la tripulación a cerrar la escotilla de inmediato.
Según el portal Russianspaceweb, se activaron varios sistemas a bordo de la ISS para purificar el aire de posibles contaminantes, manteniendo cerrada la escotilla que conecta con la carga presurizada del Progress. Además, la tripulación rusa utilizó equipo de protección y activó un sistema adicional de purificación de aire que operó durante aproximadamente media hora. Este no es el primer incidente de olores extraños en la ISS; el astronauta de la NASA, Don Pettit, reportó anteriormente un 'olor a pintura, semejante a aerosol' en el módulo Tranquility, aunque no está claro si estaba relacionado con el problema de la Progress, considerando la desconexión de los módulos.
Al día siguiente, los sistemas de depuración de aire y los sensores de contaminantes monitorearon la atmósfera de la estación, y determinaron que la calidad del aire estaba 'dentro de niveles normales'. La NASA aseguró que 'no hay preocupaciones para la tripulación', y desde el domingo por la tarde, la tripulación estaba trabajando para abrir la escotilla entre Poisk y Progress, con el resto de las operaciones de la estación espacial continuando según lo planeado.
Se anticipa que la nave Progress permanezca acoplada a la ISS durante varios meses antes de regresar a la Tierra en 2025 con una carga de desechos, que se incinerarán en la atmósfera durante la reentrada.
Curiosamente, la escotilla entre la sección rusa y la estadounidense de la ISS se encuentra normalmente cerrada. Esto se debe a que hace cinco años se detectó una fuga de aire que todavía persiste. Aunque la NASA ha indicado que esta fuga no representa un peligro inmediato, hay una clara discrepancia entre la agencia estadounidense y Roscosmos sobre la causa y la solución al problema.
Bob Cabana, presidente del comité asesor de la ISS, expuso en una reciente conferencia que la posición rusa sostiene que las grietas son probablemente causadas por ciclos térmicos generados por microvibraciones. Sin embargo, la NASA argumenta que la fuga puede ser el resultado de múltiples factores, como presión, estrés mecánico y condiciones ambientales a las que ha estado expuesta la estructura a lo largo de los años.
Lo alarmante es que este no es un fenómeno aislado. Hace dos años, una Soyuz que debía traer de vuelta a astronautas desde la ISS presentó una fuga de refrigerante que obligó a Roscosmos a descartar la nave y enviar otra. Este episodio duplicó el tiempo de estancia de la tripulación afectada. Además, una sonda de carga, del mismo modelo que la Progress, también sufrió una fuga en febrero de 2023.
A pesar de estos contratiempos, es relevante destacar que, tras esos incidentes, las naves rusas no han reportado problemas significativos en sus operaciones. La comunidad científica y espacial sigue atenta a estos desarrollos, ya que cualquier fallo en la ISS puede tener implicaciones serias para los futuros viajes espaciales y la seguridad de los astronautas.