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Vigilia Penitencial: El Papa Francisco Llama a la Renovación de la Iglesia

2024-10-01

Autor: Ana

Introducción

Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano

"Somos mendigos de la misericordia del Padre". Este mensaje resonó en la vigilia penitencial celebrada en la Basílica de San Pedro el 1 de octubre, a pocas horas de la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El Papa Francisco, fiel a su estilo pastoral, subrayó la importancia de la humildad y el reconocimiento de la necesidad de perdón en la vida de la Iglesia.

Testimonios Conmovedores

Durante el evento, se escucharon conmovedores testimonios de un sobreviviente de abusos sexuales, una voluntaria dedicada a la acogida de migrantes, y una religiosa siria que relató el sufrimiento causado por la guerra. Francisco afirmó que "la Iglesia es siempre la Iglesia de los pobres de espíritu y de los pecadores que buscan el perdón". Esta afirmación refleja la aceptación de la propia vulnerabilidad como un camino hacia la redención y la renovación espiritual.

Reconocimiento de Pecados

El Papa enfatizó la necesidad de nombrar los pecados que afectan a la Iglesia y a la humanidad. Se pidió perdón por los errores cometidos en relación con la paz, la creación, los pueblos indígenas, los migrantes, y las mujeres, así como por los pecados que deterioran la sinodalidad y la comunión. A través de este acto de reconocimiento, se busca sanar las heridas que afectan las relaciones tanto en el ámbito divino como en el humano.

Reflexiones sobre el Evangelio

Francisco reflexionó sobre la enseñanza del Evangelio, destacando que el pecado es siempre una herida en nuestras relaciones. Invocó a la comunidad a comprometerse con la misión de la Iglesia a partir del reconocimiento de sus fallos y el deseo de sanar. "¿Cómo podríamos ser creíbles en la misión si no reconocemos nuestros errores y trabajamos para curar las heridas que hemos infligido?", cuestionó.

Llamado a la Humildad

El Pontífice pidió a todos los miembros de la Iglesia, incluyendo obispos, sacerdotes y laicos, a romper con la hipocresía y el orgullo, condiciones que a menudo impiden la reconciliación. Les instó a despojarse de la vanidad y el egocentrismo para poder realmente invocar el nombre de Dios y pedir perdón.

Reflexiones para los Jóvenes

En vísperas de una nueva etapa del sínodo sobre la sinodalidad, el Papa planteó cruciales preguntas sobre el camino hacia la unidad y la comprensión mutua dentro de la comunidad de creyentes. Reiteró que sin el perdón y la reconciliación, es imposible avanzar juntos en la fe. La buena acción y la conversión son necesarias para restaurar la confianza en la Iglesia y en su misión.

Un Llamado a la Acción

En este contexto, Francisco se dirigió a los jóvenes, a quienes les pidió ser voluntarios en la misión de la Iglesia y les entregó un ejemplar del Evangelio, confiándoles la tarea de llevar la Buena Nueva a las nuevas generaciones. En su reflexión, también citó el poder transformador del perdón y la necesidad de arrepentimiento sincero.

Conclusión y Oración

La vigilia culminó con un gesto simbólico de paz, donde el Papa invitó a todos los presentes a saludarse, reafirmando el compromiso de caminar juntos hacia una Iglesia más unida y fiel a la misión del Reino de Dios, en un contexto de creciente ansiedad e inseguridad en el mundo actual.

"Ayúdanos a restaurar tu rostro que hemos desfigurado por nuestra infidelidad", clamó. Esta oración no solo busca la renovación personal, sino también una revitalización de la comunidad cristiana, instando a cada miembro a ser un actor clave en la sanación colectiva. La vigilia fue, así, un poderoso recordatorio de que la Iglesia, aunque herida, puede encontrar en la confesión y en la comunidad el camino hacia un futuro lleno de esperanza y redención.