Los escalofriantes disturbios provocados por los ultras del Málaga la noche del sábado en Riazor dejaron a A Coruña en shock. Donde un grupo de 200 hinchas violentos desató su furia, solo había seis agentes de la Policía Nacional en patrullaje nocturno. Marcos Franco, secretario general del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en la ciudad, declaró: "Fue un milagro poder controlar a esta multitud y llevarlos a las furgonetas, especialmente cuando tenían previsto alojarse en Ordes."

Los ultras del Málaga atacaron el bar La Menuda, causando destrozos significativos. Franco expresó su preocupación por la falta de preparación ante un evento que había sido claramente identificado como de alto riesgo, especialmente después de que la Unidad de Intervención Policial de Málaga había advertido sobre la llegada de este grupo violento. "No se programó un servicio especial, dejando a solo tres patrullas disponibles en las calles. Parecemos estar esperando que ocurra una tragedia para actuar", agregó.

Es alarmante recordar que, además de los incidentes en Riazor, había otros eventos en la ciudad esa misma noche, como conciertos y festividades, lo que intensificó el riesgo. Con una escasa presencia policial, la ciudad se volvió vulnerable a diversos problemas.

Afortunadamente, algunos agentes sufrieron solo lesiones leves. Sin embargo, el nivel de preparación de los ultras es preocupante, ya que acudieron al ataque equipados con herramientas que recogieron en el lugar: maderos, hierros, sillas de los bares, etc. El ataque al bar impidió la detención en el acto debido a la dificultad para identificar a los responsables, pero la brigada provincial ha iniciado una investigación al respecto.

La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, condenó los hechos en una conferencia de prensa, exigiendo explicaciones tanto de la Delegación del Gobierno como de la Liga. Denunció que el grupo de ultras responsable de la violencia ya había creado problemas en Vigo hace unos meses. “Es inadmisible que se haya permitido su presencia en un partido declarado de alto riesgo. Están poniendo en peligro a la ciudadanía de A Coruña”, enfatizó.

Además, Rey lanzó una crítica a la gestión de seguridad: "Es inconcebible que después de causar destrozos, estos individuos sean permitidos en el estadio al día siguiente", subrayando que la violencia no tiene lugar en la sociedad, y mucho menos en el ámbito deportivo.

La situación ha desatado una oleada de críticas políticas, con el PP cuestionando la falta de un dispositivo especial de seguridad y denunciando que tanto el Gobierno como la Subdelegación omitieron asegurar la protección adecuada ante el conocimiento del inminente riesgo. Los sindicatos policiales han lamentado que las fuerzas de seguridad operaran con escasos recursos, dejando a los agentes en una situación extremadamente vulnerable ante la violencia desatada.

Los incidentes de violencia en los encuentros deportivos están llamando la atención a nivel nacional. La pregunta que queda en el aire es: ¿Hasta cuándo se tolerará este tipo de comportamiento en el fútbol? A medida que la investigación avanza, el clamor por una solución efectiva crece. Es hora de que se tomen medidas serias para erradicar la violencia en los estadios y garantizar la seguridad de todos.