Un viaje épico a lo largo del tiempo

En su primera emocionante travesía, Tintín y su fiel compañero Milú se embarcaron en un coche de carreras por la impactante Rusia de Stalin. Fue solo el comienzo de una serie de fascinantes aventuras, donde exploraron el Congo al volante de un Ford T, el pionero de la producción en serie estadounidense. En Chicago, la tensión aumentó mientras escapaban de los mafiosos a bordo de un Bugatti 35, un icónico deportivo de los años 20.

El coche: un personaje más en la historia

Dominique Maricq, archivista de la fundación Hergé, explica que en el universo del creador belga, el automóvil trasciende su papel como objeto y se convierte en un personaje vital que guía y acompaña a los protagonistas en sus aventuras. Esta visión única está siendo celebrada en la exposición "En coche con Tintín", ubicada en el Salón Nacional del Automóvil de Mulhouse, Francia.

Un legado de pasión por el automóvil

La muestra, que se prolongará hasta noviembre, revela la profunda obsesión de Hergé por los coches y su metódico proceso de documentación. Desde su primera compra, un Opel Olympia Cabriolet a los 31 años, hasta su aprecio por marcas italianas y el Jeep, cada vehículo está plasmado en los 24 álbumes que caracterizan su legado. Curiosamente, Hergé escondió su coche durante la guerra, lo que ilustra la conexión personal que tenía con estos símbolos de libertad y aventura.

De la fantasía a la realidad

La exposición incluye una impresionante colección de 20.000 imágenes y modelos que Hergé utilizó para dar vida a sus aventuras. Entre ellos se destaca el entrañable Citroën 2CV, que aparece en varias historias y es recordado por su color verde, aunque el favorito del público era el gris. Cada vehículo expuesto ha sido seleccionado con gran cuidado para mantener la fidelidad al universo de Hergé.

Coches que hablan y cuentan historias

En las viñetas de Tintín, los automóviles no solo son medios de transporte; son héroes en sí mismos. Son fundamentales en las persecuciones y escenarios de acción, convirtiendo a Tintín en un audaz piloto. La minuciosidad de Hergé es evidente en la evolución de estos coches, desde sus primeros trazos hasta los modelos más sofisticados que se exhiben hoy.

Más que un artista, un ícono del imaginario colectivo

La exposición es la más ambiciosa jamás realizada sobre este tema y se enriquece con la idea de que el legado de Hergé va más allá de los coches. Como recuerda Maricq, hay personas que no son aficionados a los vehículos pero que son fervientes admiradores de Tintín, demostrando así el impacto duradero que su obra ha tenido en el imaginario colectivo.

Un rincón del universo Tintín.

No todo gira en torno a coches; hay también elementos icónicos como un sillón rojo, que se ha convertido en símbolo de muchas viñetas. A pesar de que Hergé no pasaba mucho tiempo en él, su habilidad para capturar la esencia de su entorno lo hizo eterno en nuestras memorias.

Así que no te pierdas la oportunidad de sumergirte en el universo de Tintín y Milú, donde cada coche cuenta una historia y cada aventura es un viaje por descubrimientos.