La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llevará a la próxima cumbre de líderes europeos una propuesta para establecer centros de deportación fuera de la Unión Europea. Esta medida surge a raíz de una carta firmada por 14 países del bloque, entre los cuales se destacaron Francia, Italia y Alemania, que instaban a acelerar el proceso de expulsiones de inmigrantes irregulares.

La presión ejercida por la inmigración irregular ha revelado las debilidades de la política migratoria en Europa. Esta situación ha quedado claramente reflejada en los recientes resultados de las elecciones al Parlamento Europeo, donde se ha visto un incremento notable en la cantidad de votos para partidos nacionalistas y euroescépticos.

Con el aumento del flujo migratorio y las tensiones en las fronteras, Von der Leyen ha señalado que la creación de estos centros en terceros países podría ayudar a gestionar de manera más eficaz la llegada de migrantes, además de aliviar la carga sobre los estados miembros más afectados. Sin embargo, esta propuesta ha generado un debate intenso sobre los derechos humanos y las condiciones de vida en estos centros de deportación.

Se espera que los líderes europeos discutan no solo la implementación de esta medida, sino también otras soluciones para abordar las raíces de la migración, incluyendo la cooperación con países de origen y tránsito de migrantes. La cumbre se presenta como una oportunidad crucial para redefinir las políticas de inmigración de la UE en un momento donde la presión social está aumentando.