La industria del petróleo y gas está atravesando una transformación profunda, impulsada por innovaciones tecnológicas que prometen revolucionar la manera en que se explora, extrae y procesa este recurso vital. En 2025, las tendencias emergentes no solo optimizarán las operaciones actuales, sino que también redefinirán el futuro del sector.

Desarrollo de Aplicaciones de Bajo Código y Sin Código

La necesidad de digitalización ha forzado a las empresas en este sector a adoptar estrategias que priorizan lo digital. Las plataformas de desarrollo de bajo código y sin código (LCNC) se prevé que dominarán el panorama tecnológico: se estima que en 2025, el 70% de las nuevas aplicaciones estarán construidas con estas herramientas, según Gartner.

Estas herramientas facilitan la creación de soluciones a la medida por parte de los operadores y técnicos de campo, permitiendo un mejor seguimiento de proyectos e impulsando la colaboración, sin depender de los departamentos de TI. Las empresas que adopten ágilmente estas plataformas, como Kissflow, podrán liderar en eficiencia e innovación.

Automatización Robótica de Procesos (RPA)

El mercado de la automatización en la industria del petróleo y gas se espera que alcance los 42,000 millones de dólares para 2030, impulsado en gran medida por la RPA. Esta tecnología es fundamental para automatizar tareas repetitivas y minimizar errores humanos, lo que es crucial durante el cierre de pozos y en la optimización de las cadenas de suministro.

En 2025, se estima que más compañías adoptarán drones y robots sumergibles que facilitarán operaciones en ambientes difíciles, mejorando la seguridad de los trabajadores y la eficiencia operacional.

Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático

La IA transformará la forma en que las empresas evalúan y maximizan la producción energética. Desde la evaluación de yacimientos hasta la personalización de planes de perforación, la inteligencia artificial proporcionará análisis esenciales que facilitarán decisiones más informadas, ayudando a mitigar riesgos también.

Internet de las Cosas (IoT)

La llegada del IoT ha permitido una nueva era de conectividad, donde equipos y dispositivos pueden supervisarse de manera remota. Esto mejorará los procesos, la seguridad y la gestión de recursos, permitiendo el monitoreo de bombas y tuberías en tiempo real. Las empresas que implementen IoT en 2025 evitarán fugas costosas, desplegando personal solo cuando se detecten anomalies.

Analítica Avanzada y Big Data

El uso de analíticas predictivas permitirá a las empresas diseñar modelos que prevenían necesidades de mantenimiento antes de que ocurran fallas críticas en los equipos. Las herramientas de análisis de datos son vitales para identificar patrones y optimizar la producción en un entorno donde evaluar la información puede ser un desafío.

Computación en la Nube y Edge Computing

La computación en la nube transformará el manejo de datos en el sector, mejorando la analítica y facilitando estrategias eficientes dentro de un entorno seguro. Mientras tanto, el Edge Computing permitirá procesar datos en tiempo real en ubicaciones remotas, ayudando a acelerar la toma de decisiones.

Realidad Aumentada (RA) y Realidad Virtual (RV)

Las tecnologías de RA y RV están posicionándose como herramientas clave para la capacitación y el mantenimiento, permitiendo a las empresas del sector reducir costos y maximizar la efectividad operativa. Por ejemplo, los cascos de RA pueden proporcionar instrucciones visuales y pasos de operación, mejorando la eficiencia y seguridad en el trabajo.

Tecnología Blockchain

La introducción de la tecnología blockchain promete simplificar y asegurar procesos complejos en la cadena de suministro, desde el comercio de petróleo hasta la gestión de inventarios. Actualmente, Estados Unidos ya está utilizando blockchain para transacciones de crudo, y se prevé que en 2025 esta tecnología aumente la transparencia y eficiencia en las operaciones del sector.

Conclusión

A medida que avanzamos hacia 2025, es evidente que la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías están destinadas a redefinir la industria del petróleo y gas. Las empresas que abracen este cambio estarán mejor posicionadas no solo para optimizar sus operaciones, sino también para liderar el camino hacia un futuro más sostenible y eficiente en la producción energética.