Recientemente, la región Metropolitana ha sido escenario de dos impactantes robos a cajeros automáticos mediante el peligroso método de saturación por gas, en un lapso de menos de cuatro días.

El primer incidente tuvo lugar en la mañana del domingo, cuando un grupo de delincuentes hizo estallar un cajero localizado en una galería comercial del Barrio Meiggs, generando un devastador megaincendio que se prolongó por más de seis horas, dejando alarmantes rebrotes de fuego incluso el día de hoy.

En el segundo robo, ocurrido esta madrugada, un grupo de aproximadamente cinco personas descendió de una camioneta y sustrajo la gaveta de billetes de un cajero en un servicentro de la comuna de Quilicura.

La inteligencia detrás de estos robos es clara: ninguno de los cajeros automáticos contaba con un sistema de entintado activo, lo que facilitó a los delincuentes llevarse más de $80 millones en cada atraco. Estos datos destacan la necesidad urgente de reforzar la seguridad en esos dispositivos.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, ha señalado que se están evaluando los factores que propician estos delitos, aunque destaca que las medidas implementadas en años anteriores han logrado disminuir esta problemática en el país.

Recordemos que hace 15 años, Chile enfrentó un auge de robos a cajeros automáticos, lo que llevó al Ministerio del Interior, durante el primer mandato de Sebastián Piñera, a establecer un sistema de entintado para marcar los billetes robados, haciendo que estos resultaran inutilizables.

Existen distintos métodos utilizados por los delincuentes para robar cajeros, siendo el de saturación por gas el más efectivo por su rapidez, seguido por el método del lazo y el oxicorte, que requiere más tiempo y es menos eficiente.

El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, ha hablado explícitamente sobre la falta de entintado en los cajeros robados y ha adelantado que se iniciará un reforzamiento de fiscalizaciones tanto en estos dispositivos como en las entidades financieras responsables, en respuesta a las violaciones a la legislación vigente.

Las multas por esta negligencia pueden ascender hasta 20 millones de pesos, un suma que los expertos consideran irrisoria comparada con el costo que representa para los bancos el instalar sistemas de seguridad como el entintado.

Christian Vega, gerente de Operaciones y Tecnología de la Asociación de Bancos, ha defendido la postura de la banca, arguyendo que ya existe un marco normativo de seguridad robusto en el sector.

Sin embargo, el experto en seguridad pública y privada, Eduardo Labarca, ha advertido sobre el posible resurgimiento de estos delitos, sugiriendo que la falta de medidas adecuadas podría llevar a un nuevo aumento en el uso de este tipo de métodos delictivos.

Ante esta alarmante situación, es fundamental que tanto las autoridades como los bancos redoblen esfuerzos para garantizar la seguridad de los cajeros automáticos y proteger el patrimonio de los ciudadanos.