Este jueves (12 de diciembre de 2024), aviones de combate israelíes lanzaron ataques aéreos en las cercanías de Damasco, la capital siria, que cayó recientemente en manos de los insurgentes tras el derrocamiento del gobierno de Bashar al Asad el pasado domingo, según informes del Observatorio Sirio de Derechos Humanos y medios rebeldes.

Los bombardeos apuntaron principalmente al aeropuerto de helicópteros de Aqraba, al suroeste de Damasco, donde se registraron explosiones violentas, aunque aún se desconocen las posibles víctimas. Desde la caída de al Asad, Israel ha llevado a cabo ataques en 13 provincias sirias, un hecho que está generando una creciente preocupación en la comunidad internacional.

Los datos revelan que las Fuerzas Armadas israelíes han realizado más de 350 ataques aéreos, dirigidos a objetivos estratégicos como buques de guerra sirios, almacenes de armamento, baterías antiaéreas y sitios de producción de armas en varias ciudades clave como Damasco, Homs y Latakia. Esto plantea serias interrogantes sobre la estabilidad en la región.

Tras el derrocamiento del régimen sirio, Israel también ha desplegado su ejército en la zona desmilitarizada con Siria, un movimiento calificado por varios países árabes y organizaciones internacionales como una violación a los acuerdos de separación de tropas de 1974. Este aumento de las hostilidades coincide con el creciente temor de un vacío de poder en Siria.

Asimismo, se ha informado que el ejército israelí ha elaborado un plan de inteligencia para destruir las armas estratégicas del país en anticipación a lo que parece ser el inminente colapso del gobierno de Al Asad. En este contexto, fuentes militares israelíes comunicaron que la Fuerza Aérea ha preparado un extenso plan de ataque destinado a terminar con las capacidades militares avanzadas de Siria, incluidas armas estratégicas de gran alcance.

Los objetivos específicos incluyen las bases aéreas "T4" y "Ble" al norte de Damasco, las cuales se cree que alojaban escuadrones de cazas y un notable depósito de misiles. Además, se alegó que se han atacado fábricas de armas en Homs, abarcando incluso la mayor instalación de producción de misiles Scud del país y un asombroso 90 % del arsenal estratégico de Siria.

Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, defendió este despliegue militar en la zona desmilitarizada, afirmando que responde a las crecientes necesidades de seguridad de Israel en un ambiente de inestabilidad incrementada. La situación en Siria está evolucionando rápidamente, y el panorama geopolítico en la región se complica, atrayendo la atención de potencias globales.

Dado este contexto, la comunidad internacional observa con atención las posibles repercusiones de estos acontecimientos en la tensión regional.