La organización islamista Hamás ha confirmado este lunes la devastadora muerte de su líder en Líbano, el comandante Fatah Sharif Abu Al Amin. Según informes, este ataque aéreo israelí, que tuvo lugar en el sur del país, también cobró la vida de su esposa, su hijo y su nuera, lo que ha generado una gran ola de indignación entre sus seguidores.

"El comandante Fatah Sharif murió al amanecer en un ataque aéreo diseñado para asesinar a toda su familia en su hogar en el campo de refugiados de Al Bass", lamentó la organización en un comunicado que ha conmocionado al mundo.

En un ataque separado sobre Beirut, tres prominentes líderes del Frente Popular para la Liberación de Palestina también fueron asesinados. Los fallecidos son Muhammad Abdul Aal, encargado de la seguridad militar; Imad Awda, comandante militar en Líbano; y el líder Abdul Rahman Abdul Aal. Esta ofensiva marca un aumento alarmante en la violencia en la región.

A medida que las tensiones aumentan, el ataque a Beirut se convierte en el primer bombardeo aéreo de Israel en la capital libanesa desde el inicio de las hostilidades contra el grupo chií Hezbolá hace casi un año. El bombardeo tuvo lugar en el barrio de Cola, que previamente había estado relativamente a salvo de los ataques aéreos, normalmente dirigidos contra los suburbios del sur de Beirut donde se encuentra el Dahye, a pesar de que en días recientes ha sido objeto de ataques intensos.

Se cree que el ataque en el barrio de Cola estuvo dirigido contra miembros del grupo suní libanés Jamaa al Islamiya, aliado de Hamás. Testigos oculares informaron de una explosión feroz que sacudió el área, levantando una columna de humo que podía verse desde varias partes de la capital.

A pesar de la gravedad de la situación, el ejército israelí se ha mantenido en silencio sobre estos ataques, mientras que en un comunicado reciente solo afirmaron que estaban atacando objetivos de Hezbolá en el valle de Bekaa, al este del país. Las hostilidades han causado una cantidad alarmante de muertes, con al menos 105 personas reportadas como muertas en un solo día, llevando la cifra total a más de mil en la última semana.

A medida que la violencia se intensifica, casi un millón de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares en los últimos días. Se estima que alrededor de 100,000 han cruzado a Siria, según las declaraciones del primer ministro libanés, Najib Mikati. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha destacado que la mayoría de los recién llegados son niños, lo que añade una dimensión humanitaria alarmante a la crisis.

ACNUR también ha advertido sobre emergencias médicas en la frontera, con muchos refugiados sufriendo agotamiento y deshidratación. La reciente eliminación de la tarifa de 100 dólares exigida a los sirios para cruzar la frontera ha facilitado este flujo, aunque la situación sigue siendo crítica.

Con la escalada de violencia, muchos se preguntan: ¿Qué pasará ahora en la región? ¿Estamos ante el inicio de un nuevo conflicto a gran escala? Los próximos días serán cruciales para la estabilidad de Líbano y la región.