La situación de la Inmobiliaria Padre Mariano SpA ha tomado un giro dramático. Con pasivos que superan los $14 mil millones y una batalla legal en ciernes, esta empresa ha pedido la apertura de un proceso de liquidación voluntaria, dejando a muchos inversionistas con grandes pérdidas y un sentimiento de traición.

La historia comienza con un ambicioso proyecto habitacional en la codiciada comuna de Providencia, donde Alfonso Fuenzalida Calvo fundó la compañía en agosto de 2018. El sueño de construir un edificio que albergara viviendas, oficinas y un “apart hotel” ahora parece estar hecho añicos. En 2021, se firmó un contrato de suma alzada con Constructora, Inmobiliaria e Inversiones Oval Limitada, para llevar a cabo el proyecto. Sin embargo, los alegatos de los inversionistas son abrumadores: ¡aseguran haber sido víctimas de un fraude monumental!

Según informaciones del Diario Financiero, los cálculos iniciales de Fuenzalida fueron gravemente erróneos, lo que generó complicaciones adicionales en otros proyectos. Ante esto, los directores y accionistas intentaron desvincularse de su fundador para mitigar las repercusiones negativas. Pero, tras la revelación del fraude, los inversionistas decidieron actuar. Confrontaron a Scotiabank y a la Constructora Oval, optando por seguir adelante con el proyecto a pesar de las descomunales pérdidas.

Durante la pandemia, Oval asumió el control del proyecto, pero pronto enfrentaron problemas, incluyendo atrasos en la construcción y dificultades en las ventas. Estos contratiempos llevaron a que la compañía inmobiliaria recibiera una solicitud de arbitraje por parte de Oval en mayo del año pasado, lo que agravó aún más la situación.

Como si eso no fuera suficiente, se impuso una prohibición a Padre Mariano para realizar acuerdos o contratos sobre el edificio, lo que les impidió continuar con las ventas. En un intento desesperado por resolver todo, los accionistas de Padre Mariano propusieron pagar facturas impagas y ofrecer una suma adicional de UF 7.500 para concluir el enfrentamiento. Sin embargo, su oferta fue rechazada.

Finalmente, tras intensas negociaciones entre las partes involucradas, llegó el momento de tomar decisiones drásticas. Con la presión de la situación y la incertidumbre económica, la inmobiliaria optó por solicitar un proceso de liquidación, sumiendo a sus seguidores en la desesperación. Este escándalo no solo pone de manifiesto la fragilidad del mercado inmobiliario, sino que también genera preguntas sobre la regulación y la protección de los inversionistas en el país. ¡Una verdadera crisis en el mundo de la construcción que promete más repercusiones en el futuro!