
Carlota de la Quintana: la heroína de la medicina que cambió vidas en Canarias
2025-03-24
Autor: Joaquín
Con tan solo 25 años, Carlota de la Quintana se convirtió en la primera especialista en medicina de Canarias y la tercera en toda España. Nacida el 12 de agosto de 1909 en Artenara, Carlota rompió los moldes de su época al graduarse y doctorarse con una dedicación única hacia los más desfavorecidos. Residiendo temporalmente en Alemania y Suiza, amplió su formación y se comprometió con la mejora del sistema sanitario público en su tierra natal.
Procedente de una familia con un fuerte legado académico, Carlota fue alentada desde pequeña a seguir su pasión por el conocimiento. Su madre, formada en astronomía, fue un gran ejemplo de que las mujeres podían alcanzar altos niveles académicos. Esta educación progresista le permitió a Carlota decidir su propio camino. A los 15 años, finalizó el bachillerato, aunque tuvo que esperar para ingresar a la universidad por su corta edad.
A los 18, se trasladó a Madrid donde se introdujo en diversas facultades antes de descubrir su verdadero interés en la Medicina en la Universidad Complutense. En una época donde la medicina era un campo dominado por hombres, Carlota sobresalió, enfrentando desafíos como la falta de apoyo y el machismo, terminando su carrera y el doctorado a los 25 años.
De vuelta a Canarias en los años 40, estableció su clínica en Las Palmas, donde comenzó a ofrecer atención médica en especialidades como cirugía y otorrinolaringología. Aunque su carrera profesional era intensa y prioritaria, también fundó una familia, teniendo dos hijas, ambas dedicadas a la enfermería. A pesar de la pérdida de su esposo cuando su hija mayor solo tenía cuatro años, Carlota continuó su labor en medicina, demostrando fuerza y compromiso.
Su dedicación a la comunidad la hizo conocida como 'la doctora de los pobres'. Cada jueves y sábado, ofrecía consultas gratuitas a pacientes sin recursos, incluso visitando zonas desfavorecidas para brindar atención médica y ayuda directa. Generosa hasta el final, se dice que dejaba sobres con dinero para ayudar a quienes más lo necesitaban, demostrando un verdadero espíritu altruista.
Carlota desempeñó un papel fundamental en la creación del sistema de salud pública en España, destacándose en oposiciones de medicina y ejerciendo tanto en la capital como en Lanzarote, donde contribuyó a la modernización de la atención médica en una isla que carecía de recursos.
Con una vida marcada por el servicio a los demás, a los 78 años decidió retirarse, aunque viajó por el mundo y practicó la equitación hasta los 87. A pesar de vivir hasta los 102 años, dejó un legado inolvidable en la comunidad canaria. En 2005, su pueblo natal le rindió homenaje otorgándole la insignia de oro por su valiosa contribución a la medicina y a la sociedad.