El 8 de octubre de 1954, la Universidad de Navarra empezaba un viaje crucial en el campo de la educación médica al impartir su primera clase de Medicina en la Cámara de Comptos. El curso preparatorio comenzó con solo 25 estudiantes, pero desde entonces, la Facultad de Medicina ha crecido enormemente, inaugurando en 1970 el emblemático Hexágono, que ha sido el hogar de 11.477 estudiantes a lo largo de estas siete décadas.

En una celebración especial realizada el viernes pasado en el polideportivo de la Universidad, exalumnos y profesores se reunieron para recordar esos años llenos de esfuerzo y dedicación. La rectora, María Iraburu, resaltó la contribución de los pioneros, recordando especialmente al doctor Eduardo Ortiz de Landázuri, quien dejó una huella imborrable con su humanidad y dedicación hacia los pacientes.

Por su parte, el vicerrector de Ordenación Académica, Secundino Fernández, evocó los primeros años de la facultad, subrayando la insistencia de San José María Escrivá para crearla. Compartió una anécdota sobre su experiencia con Juan Jiménez Vargas, donde destacó la intensa pasión por la investigación que reinaba en ese tiempo, y también rememoró su historia de amor con Margarita, que comenzó en esos pasillos.

Durante el evento, se proyectó un video que unía las voces de generaciones de alumnos, resaltando la identidad forjada en la facultad y la misión de servir a las personas a través de la investigación y la docencia.

Entre los asistentes, se encontraba el matrimonio Días Dorronsoro, que se conoció en la Facultad siendo parte de las primeras promociones. Ramón, de la primera promoción, e Inés, de la quinta, compartieron su trayectoria en el ámbito médico y el impacto que han tenido en su comunidad. Luego de su jubilación, decidieron llevar su vocación al Hospital de Monkole en el Congo, donde continúan contribuyendo al bienestar social. “Algo que siempre nos transmitieron nuestros profesores es la importancia de querer a la gente y de los valores que nos enseñaron”, afirmaron con entusiasmo.

Santiago, un actual estudiante del programa de currículum integrado que fue diseñado en 2020 en colaboración con la Universidad de Harvard, también compartió su experiencia. Aseguró que su formación es “muy distinta” a la de hace setenta años, con equipos mejorados y clases más numerosas, pero destacó que el “espíritu de familia” que siempre ha caracterizado la facultad se mantiene intacto.

Este evento no solo marcó un aniversario, sino que también recordó el impacto duradero de la Universidad de Navarra en la formación de médicos comprometidos y humanos, dispuestos a enfrentar los desafíos del sector salud en un mundo en constante cambio. ¡La historia de la Medicina en Navarra continúa en ascenso! ¿Qué futuros logros veremos en los próximos 70 años?