El subsecretario del Interior, Luis Cordero, respondió con firmeza este domingo a la propuesta del presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, relacionada con la implementación de una “terapia de shock” para abordar los crecientes problemas de seguridad pública en el país.

En su intervención en el programa Estado Nacional de TVN, Squella argumentó que esta iniciativa busca “reestablecer el sentido de autoridad” en diversas áreas de la sociedad, citando las dificultades que enfrenta la policía, la crisis migratoria y la falta de disciplina en las aulas escolares. "Es inaceptable lo que está ocurriendo. Es imperativo reforzar la autoridad y nuestra postura es clara: necesitamos aumentar significativamente los salarios de nuestras fuerzas policiales y establecer sanciones severas para quienes desafían la autoridad", subrayó.

Dentro de la propuesta de Squella también se incluye “reivindicar el uso de la fuerza legítima por parte del Estado”, lo que ha generado un amplio debate sobre la lógica de emplear una intervención drástica en los métodos de seguridad.

Aunque Squella no brindó detalles exhaustivos de la iniciativa, remarcó que el candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, será quien proporcione más información al respecto. No obstante, indicó que se tiene contemplado implementar un Centro de Confinamiento del Terrorismo similar al que se ha instaurado en El Salvador bajo el gobierno de Nayib Bukele, en una locación desértica de Chile que podría replicar las condiciones climáticas del país centroamericano.

Por su parte, Cordero, al ser cuestionado acerca de la “terapia de shock” en el mismo programa, enfatizó que “no tengo claro en qué consiste esa terapia, pero puedo decir que el verdadero desafío de Chile no radica en soluciones drásticas, sino en una gestión efectiva de la seguridad pública. No se trata de dejarse llevar por el buenismo, sino de establecer estrategias concretas.”

Cordero continúa explicando que la gestión en seguridad pública implica no solo definir qué hacer, sino cómo llevarlo a cabo. Este enfoque requiere que las diversas fuerzas policiales y las instituciones operen de manera coordinada, compartiendo información vital y colaborando en la acción. “Las organizaciones criminales son estructuras empresariales dinámicas y adaptativas; en contraste, el Estado tiende a operar de manera sectorial, sin un flujo adecuado de información. Para combatir el crimen de manera efectiva, se necesita una colaboración integradora que permita una persecución penal eficaz”, argumentó.

El subsecretario también destacó la importancia de la interacción entre diferentes organismos, como la policía, aduanas e impuestos internos, enfatizando que el cruce de información es clave para perfilar y desarticular organizaciones criminales. “Hay datos que no puedo compartir públicamente, pero es crucial utilizar la información que tiene Gendarmería para identificar y actuar sobre determinados grupos delictivos”, concluyó Cordero.

La conversación sobre la seguridad pública sigue en auge, y cada vez más voces se suman al debate. La rentabilidad de recurrir a soluciones drásticas frente a la creciente insatisfacción social y la ineficacia de las políticas actuales es un tema que promete generar más controversia y análisis en el futuro inmediato.