Denzel Washington, el aclamado actor y protagonista de la esperada secuela Gladiador II, ha abierto su corazón y compartido su reciente transformación física a casi 70 años. Confiesa que la motivación detrás de su cambio fue un momento revelador que tuvo al ver sus fotografías en la ceremonia de los Premios Oscar de 2022, donde fue nominado por su brillante actuación en La tragedia de Macbeth.

En una sincera conversación con la revista Esquire, Washington reveló: "Estaba revisando las fotos de los Oscar junto a mi esposa Pauletta, y al mirarme, pensé: '¡Dios mío, me veo gordo!' Además del cabello teñido que no me favorecía nada. Fue un momento de clara autoevaluación que me impulsó a actuar".

Determinado a revertir esa percepción, Denzel se acercó a su amigo y músico Lenny Kravitz, quien le ofreció conectar con un entrenador personal: "Él me dijo: 'D, quiero que conozcas a alguien que puede ayudarte'. Empecé a trabajar con él en febrero del año pasado. Me ayuda con mis comidas y entrenamos juntos. Actualmente peso alrededor de 86 kilos y estoy apuntando a llegar a 83".

Pero este viaje no ha sido solo físico. Washington ha encontrado una nueva fortaleza que va más allá de lo visible: "Me siento más fuerte tanto física como mentalmente. También decidí dejar que mi cabello gris crezca natural. La fuerza es vital, y estoy haciendo lo mejor que puedo".

Durante esta revelación, el galardonado actor también compartió una confesión profunda sobre su vida profesional y emocional. A pesar de contar con dos premios Oscar en su trayectoria, recordó cómo fue especialmente doloroso perder el premio a Mejor Actor en 2000 por su interpretación en The Hurricane. Kevin Spacey ganó esa noche por American Beauty, un momento que Washington describe como desgarrador: "Miré a Spacey y sentí que todos los demás me estaban observando. Puede que fuera solo mi percepción, no lo sé".

Esta derrota lo llevó a tomar distancia de la Academia durante un tiempo. Años después, Denzel comparte: "Seguro que aquella noche volví a casa y bebí. Tenía que hacerlo. No intento decir que él me robó mi Oscar, porque no fue así. Pero el dolor que sentí fue muy real".

La historia de Denzel Washington es una inspiradora lección sobre la autoaceptación y la lucha personal, recordándonos que en cualquier etapa de la vida, nunca es tarde para hacer cambios positivos y fortalecer tanto el cuerpo como el espíritu.