Ciencia

¡Descubre a los científicos latinoamericanos que luchan contra futuras pandemias!

2024-09-30

Autor: Isidora

La inquietante realidad es que muchos virus aún permanecen en la sombra de la biología, especialmente aquellos que habitan en los murciélagos de Latinoamérica. A medida que el mundo se recupera de la pandemia del COVID-19, numerosos científicos en el continente están a la vanguardia de la investigación sobre patógenos que podrían desatar futuras crisis sanitarias. La Organización Mundial de la Salud señala que lo inevitable no es 'si' ocurrirá, sino 'cuándo'.

Ana Laura Vigueras, investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que “en toda la franja tropical de América hay múltiples puntos críticos donde podrían surgir brotes epidémicos”. La combinación de biodiversidad rica y la alteración de ecosistemas por actividades como la deforestación, aumenta la interacción entre seres humanos y animales portadores de virus. Esta proximidad facilita la transmisión zoonótica de virus, como ya ocurrió con el COVID-19 y la mpox.

Desde Argentina, Adrián Díaz, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, reflexiona sobre las razones del aumento en la frecuencia de pandemias. La sobreexplotación de recursos y el consumismo desmedido son factores clave. Sin embargo, Díaz enfatiza que el futuro puede ser diferente si comenzamos a cambiar nuestras dinámicas globales y a entender mejor los ecosistemas y los virus que los habitan. Su equipo investiga enfermedades transmitidas por artrópodos en la Universidad de Córdoba, y se encuentran abordando la alarmante situación del dengue en el país. Tras la peor epidemia de dengue registrada, están investigando si el virus se ha vuelto endémico y circula entre animales selváticos, lo que podría significar un grave riesgo para la salud pública.

Mientras tanto, en los Estados Unidos, el joven científico colombiano Sergio Triana investiga el enigmático “patógeno X”, el nombre que la OMS utiliza para referirse a posibles agentes infecciosos desconocidos. Triana trabaja en Harvard y MIT, buscando protocolos que puedan adaptarse rápidamente en caso de un brote. Enfatiza la importancia de la vigilancia activa para prevenir la aparición de nuevos virus.

Además, el Laboratorio Mixto Internacional Eldorado (LMI) en Mérida, Yucatán, se ha convertido en un bastión para estudiar enfermedades emergentes. Vigueras y su equipo están monitoreando diversos patógenos que podrían generar brotes epidémicos. Un hallazgo reciente incluye la identificación de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en roedores silvestres, una prueba alarmante de que el virus podría haber vuelto a los animales.

El trabajo es arduo y comenzó en marzo de 2020, en medio de la pandemia. Ahora, el LMI inaugura un nuevo espacio con tecnologías de bioseguridad de nivel 2, pero al principio, las condiciones eran precarias: mesas en la sala y microscopios en cualquier rincón. Los investigadores son optimistas respecto al interés creciente en las enfermedades emergentes. Triana menciona que antes de la pandemia solo éramos unos pocos buscando respuestas, pero el número ha crecido considerablemente.

Sin embargo, hay una tasa inquietante en la atención que reciben: muchos laboratorios que surgieron durante la pandemia están cerrando por falta de financiamiento. Vigueras alerta que tras la euforia inicial, los esfuerzos de investigación tienden a disminuir, a pesar de que la vigilancia epidemiológica y el estudio de la ecología viral son más cruciales que nunca. Díaz añade que el futuro de la región dependerá de combinar tecnología, talento humano y una rica tradición investigativa.

Con el panorama actual, es vital que los científicos latinoamericanos cuenten con el apoyo necesario para continuar su trabajo esencial. Si no se actúa con la debida urgencia y compromiso, la próxima crisis de salud pública podría no ser un extraño, sino un viejo conocido.