En el corazón del desierto egipcio, cerca de la frontera con Sudán, se encuentra un lugar que fue un auténtico paraíso hace unos 11,000 años. Lo que hoy es un árido desierto lleno de arena fina, en aquel entonces era un lago rico en recursos, repleto de vegetación y fauna. Este lugar, conocido como Nabta Playa, permitió que un grupo nómada se asentara y dejara un legado impresionante que aún perdura.

Nabta Playa, situado cerca de los lagos de Toshka y no muy lejos del famoso sitio de Abu Simbel, es un tesoro arqueológico que ha fascinado a científicos y arqueólogos desde su descubrimiento en 1974. La historia se remonta a un hallazgo casual del antropólogo estadounidense Fred Wendorf, quien, mientras buscaba un lugar para satisfacer necesidades básicas durante su travesía, se topó con un yacimiento lleno de cerámica y restos humanos.

Las excavaciones posteriores revelaron que Nabta Playa no solo era un asentamiento, sino un importante sitio ceremonial. Allí se realizaban grandes sacrificios animales y se encontró un misterioso calendario circular hecho de piedras, que los investigadores creen que podría haber tenido un vínculo directo con la observación astronómica.

Con el tiempo, se ha llegado a la conclusión de que algunas de estas formaciones de piedra servían como observatorio astronómico. Se han identificado cuatro grandes pares de piedras en alineaciones que apuntan hacia el sol durante el solsticio de verano, lo que indica un profundo conocimiento de los ciclos astronómicos por parte de sus antiguos habitantes.

Los antropólogos sugieren que este observatorio podría haber influido en los rituales de sacrificio, haciendo que las ceremonias se llevaran a cabo en momentos específicos del año, como el inicio de la temporada de lluvias, cuando el Nilo inundaba sus tierras, fertilizando el suelo.

Nabta Playa, con sus oscuros monolitos cargados de minerales, no solo impresiona por su antigüedad, sino también por su singular belleza en el desierto del Sahara. Es un destino para los aventureros que buscan experimentar la majestuosidad de una de las construcciones más antiguas de la humanidad.

¿Te animas a visitar este enigmático lugar? El observatorio se encuentra a 100 kilómetros al noreste de Abu Simbel, en un terreno de difícil acceso y señalización limitada. Es imprescindible contar con un vehículo todoterreno y un guía experimentado en la navegación por el desierto de Nubia. Prepárate para un viaje que no solo te transportará en el tiempo, sino que también te conectará con los antiguos secretos del cosmos.