Las autoridades sanitarias han desmantelado recientemente una extensa red de distribución de test de antígenos que operaba al margen de la ley. Esta red se dedicaba a la venta y distribución de pruebas que no cumplían con las normativas establecidas, poniendo en riesgo la salud pública en medio de la pandemia de COVID-19.

Los test, que no contaban con las certificaciones necesarias, habrían llegado a manos de clínicas y ciudadanos sin ningún tipo de control, lo que plantea serias preocupaciones sobre su eficacia y seguridad. Las investigaciones han revelado que la red funcionaba en varias regiones del país, y se estima que miles de estas pruebas defectuosas podrían haber sido distribuidas antes de su clausura.

El gobierno ha instado a los ciudadanos a ser cautelosos y asegurarse de que cualquier test que compren esté debidamente homologado. Esta operación pone de relieve la importancia de adquirir productos sanitarios a través de canales oficiales y seguros.

Además, se están llevando a cabo investigaciones adicionales para identificar a todos los implicados y evitar que este tipo de actividades ilegales persistan. Se estima que el impacto de esta red podría haber dificultado la lucha contra el COVID-19, ya que los resultados falsos pueden llevar a decisiones erróneas en cuanto a aislamiento y tratamiento. Las autoridades hacen un llamado a la población a reportar cualquier sospecha relacionada con la venta de estos productos no regulados.