El Werder Bremen ha tomado la drástica decisión de abandonar la plataforma conocida como X (anteriormente Twitter), citando un notable aumento en el discurso de odio y la falta de transparencia desde que Elon Musk asumió el control. En un comunicado, el CEO del club, Klaus Filbry, explicó que esta medida fue acordada durante la reciente asamblea general anual, llevada a cabo este lunes.

"Desde que Elon Musk tomó el mando, hemos visto un aumento en la propagación de odio hacia las minorías, así como la difusión de publicaciones de extrema derecha y teorías de conspiración, todo ello disfrazado de libertad de expresión", afirmó Filbry, aludiendo a un cambio radical en los principios que guiaban la plataforma.

El club incluso señaló que los propios comentarios de Musk, que incluyen expresiones transfóbicas y antisemitas, han jugado un papel significativo en la radicalización de dicha red social. "Elon Musk está utilizando X como un arma política, lo cual quedó claro durante las recientes elecciones en Estados Unidos", agregó el club en su declaración.

Además, la falta de control y la opacidad de los algoritmos de la plataforma han sido puntos de fuerte crítica por parte del Werder Bremen. "Actualmente, casi no existe ninguna supervisión en la plataforma", enfatizó el equipo.

Reconocido por su defensa de la diversidad, la democracia y la solidaridad, el Werder Bremen reafirmó su compromiso con estos valores a través de esta decisión. "Estamos tomando una posición clara contra el odio, la discriminación y la exclusión", subrayó la institución.

La creciente radicalización en la plataforma ha sido el catalizador para esta ruptura, y Filbry fue categórico al decir: "Con esta reciente radicalización, se ha cruzado una línea que no podemos permitir". La decisión de alejarse de X es efectiva inmediatamente, marcando un hito en la postura del club hacia el uso responsable de las redes sociales.

El Werder Bremen no es el único que reacciona ante el ambiente tóxico de X. Otras instituciones y figuras públicas también han comenzado a cuestionar su presencia en la red social, exigiendo más responsabilidad y una regulación más estricta en el tratamiento de contenido ofensivo. La pregunta ahora es: ¿seguirá esta tendencia y qué impacto tendrá en la interacción en línea?