(CNN) – Este fin de semana, los cosmonautas rusos a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por su sigla en inglés) tuvieron que cerrar temporalmente uno de los módulos de la estación después de percibir un ‘olor inquietante’ proveniente de la nave de carga Progress 90, según informó la NASA el domingo.

El olor y las ‘gotitas’ que observaron los astronautas pudieron ser provocados por una ‘desgasificación de materiales’ en el interior de la navesita Progress, explicó la NASA. A pesar de la situación, Kelly O. Humphries, portavoz de la NASA, aseguró que “no hay preocupaciones para la tripulación”.

La cápsula Progress, que lleva suministros, combustible y experimentos científicos a la ISS, opera con dimetilhidrazina asimétrica, un combustible altamente tóxico. Sin embargo, Humphries aseguró que los propulsores no son la fuente del problema detectado.

La ‘desgasificación’ es un fenómeno común en el espacio, donde las condiciones extremas, que pueden variar desde temperaturas bajo cero a radiaciones perjudiciales, afectan a los materiales. Se ha determinado que los materiales que potencialmente podrían haber causado el olor no incluyen combustible, según las declaraciones de Humphries.

Después de detectar el olor extraño, la tripulación cerró la escotilla del módulo Poisk, que mide 4,88 metros de largo y 2,56 metros de ancho. Posteriormente, el personal de control en tierra activó el equipo de limpieza de aire como parte de los protocolos de seguridad. Según la NASA, “el olor se disipó rápidamente” y las operaciones de transferencia de carga continuaron sin interrupciones.

Por fortuna, las pruebas de calidad del aire indicaron que se mantenía dentro de los niveles normales, dando un gran alivio a la tripulación. El Progress 90, que había despegado desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán el 21 de noviembre, transportaba cerca de tres toneladas de alimentos y combustible hacia la estación.

Este extraño incidente se suma a las complicaciones que han enfrentado otros módulos rusos de la ISS en el pasado. En particular, el módulo Zvezda ha tenido problemas continuos, incluyendo una lenta fuga de aire que ha obligado a los cosmonautas a limitar su acceso.

Desde su inauguración en el año 2000, la ISS ha sido hogar de astronautas de más de 20 países, y hasta la actualidad funciona como una colaboración internacional entre la NASA y Roscosmos, entre otros socios espaciales. Mientras la NASA aspira a operar la ISS al menos hasta 2030, la participación de Rusia en la misión sigue siendo incierta más allá de 2028. Las discusiones sobre el futuro de Roscosmos en la estación se prevén inciertas hasta 2025, según informes recientes.