¿Es el ajuste de Milei la solución o una condena para los argentinos?: Un año de controversias
2024-12-10
Autor: Santiago
Javier Milei, cuyo lema de campaña prometía un cambio radical en la economía argentina, ha cumplido su palabra. En tan solo un año, el presidente ha llevado a cabo medidas drásticas, eliminando la mitad de los ministerios en su gobierno, despidiendo a 33,000 funcionarios y recortando el gasto público en un asombroso 28% en comparación con el año anterior.
Su enfoque, que califica como “el mayor ajuste presupuestario de la historia de la humanidad”, ha incluido severas reducciones en pensiones y prestaciones sociales, así como la eliminación de subvenciones en sectores clave como el transporte y la energía. Asimismo, todas las obras públicas han sido detenidas y las transferencias de recursos a las provincias se han reducido al mínimo.
Desde su llegada al poder, Milei ha actuado con una velocidad asombrosa en su agenda de desregulación económica. En diciembre, firmó un decreto masivo que deroga o modifica más de 300 leyes, además de establecer un ministerio exclusivamente para promover la desregulación. La privatización de varias empresas públicas también ya está en marcha, generando un debate intenso entre los sectores de la población.
Sin embargo, una de sus promesas más controvertidas, la dolarización, parece estar más allá de su alcance. Aunque se han introducido medidas para fomentar la competencia de divisas, reemplazar el peso argentino por el dólar y cerrar el Banco Central son objetivos que continúan pareciendo lejanos.
La opinión pública está dividida. Por un lado, algunos ciudadanos, como Horacio, un arquitecto, argumentan que el enfoque de Milei, aunque severo, es esencial. “El presidente es economista y está poniendo orden en las empresas. Sin él, estaríamos abocados al desastre, y él ha apagado el incendio”, afirma.
Por otro lado, la situación es alarmante. A pesar de un aparente control sobre la inflación y cierta estabilidad de la moneda nacional, muchos se preguntan a qué costo. Paloma, una madre de familia, señala: “Las cifras están en verde, pero la gente es más pobre. Algo está mal”.
El primer año de Milei ha estado marcado no solo por sus austeras políticas, sino también por una creciente recesión económica y una alarmante pérdida de empleos. Actualmente, más de uno de cada dos argentinos vive por debajo del umbral de la pobreza, lo que se traduce en más de la mitad de la población del país.
Pese a estos desafíos, Milei sigue manteniendo un apoyo significativo en los sondeos, con casi el 50% de aprobación. Sin embargo, analistas advierten que esta situación podría cambiar drásticamente. “Si no logra que la gente recupere parte de su poder adquisitivo, la paciencia de los votantes se agotará rápidamente”, comenta un experto político.
Los argentinos se preparan para volver a las urnas a finales de 2025, y de manera inquietante, la pobreza y la desigualdad están reemplazando a la inflación como las principales preocupaciones de la ciudadanía. ¿Logrará Milei revertir esta tendencia, o sus medidas han sembrado las semillas de una crisis social aún más profunda? La respuesta podría ser vital no solo para su futuro político, sino para el destino de millones de argentinos.