En un alarmante giro de los acontecimientos en el servicio de salud pública de Río de Janeiro, Brasil, al menos seis pacientes han dado positivo por VIH después de recibir trasplantes de órganos que, lamentablemente, estaban contaminados con el virus. Este penoso incidente ha levantado una ola de críticas y preocupación, según informaron fuentes oficiales este viernes.

La noticia fue inicialmente difundida por la red de televisión Band, y posteriormente confirmada por el Ministerio de Salud y las autoridades sanitarias de Río. Nísia Trindade Lima, la ministra de Salud de Brasil, señaló que la tragedia implicó a dos donantes infectados y seis receptores que ahora enfrentan una dura batalla contra la enfermedad.

"Hasta ahora hemos confirmado que dos donantes resultaron positivos por VIH en una nueva pruebas y seis receptores también han dado positivo", explicó Lima en un video para la prensa.

Este grave problema se originó a partir de un error de diagnóstico en dos pruebas realizadas por el laboratorio privado Saleme, el cual fue contratado por la Secretaría de Salud del estado para llevar a cabo los exámenes requeridos en el marco del programa de trasplantes. Este laboratorio, situado en Nova Iguaçu, había sido licitado en diciembre pasado.

Debido a esta falla catastrófica, las autoridades han ordenado el cierre inmediato del laboratorio Saleme y la repetición de todas las pruebas que se habían realizado allí. Las nuevas pruebas serán supervisadas por el laboratorio público Hemorio, conocido por su rigurosa claridad en estas pruebas. Además, se llevará a cabo una auditoría exhaustiva en el sistema de salud estatal.

El incidente ha calificado como "una situación sin precedentes" en el programa de trasplantes estatal, que desde su institución en 2006 ha logrado salvar más de 16,000 vidas. Las repercusiones del caso han llevado a un debate público sobre la seguridad de los procedimientos de salud y la falta de controles efectivos.

La ministra Lima se comprometió a proporcionar toda la asistencia necesaria a los pacientes afectados y a sus familias, insistiendo en que el gobierno está decidido a garantizar la seguridad y calidad del sistema de trasplantes en Brasil. Además, recalcó que estas características son "indiscutibles" y fundamentales para el programa.

Este escándalo no solo ha puesto a Brasil en el centro de la atención mundial, sino que también ha dejado a muchos preguntándose: ¿cómo pudo ocurrir esto en un sistema de salud que supuestamente prioriza la seguridad del paciente? Las respuestas son urgentes y necesarias.