El Tribunal Supremo de Brasil ha decidido por mayoría imputar al expresidente Jair Bolsonaro y a siete de sus aliados por los delitos de rebeldía e intento de golpe de Estado, en respuesta a los ataques a las instituciones en Brasilia el 8 de enero de 2023.

El juez Alexandre de Moraes, relator del caso, afirmó que "existen pruebas razonables que sustentan la denuncia". Según las investigaciones, Bolsonaro no solo conocía, sino que también participaba activamente en las discusiones sobre un plan golpista. Los otros acusados incluyen a figuras claves como el exministro de Justicia Anderson Torres y varios altos mandos militares, quienes supuestamente colaboraron en este intento de derrocamiento.

De Moraes mostró imágenes de los violentos eventos de aquel día, refutando la defensa de Bolsonaro, que alegaba que los participantes eran principalmente personas de fe y de edad avanzada. "No se ve ninguna Biblia", enfatizó el juez, negando que la tumultuosa actuación de los seguidores de Bolsonaro pudiera describirse como un simple "domingo en el parque".

El tribunal ha hallado que esta organización criminal llevó a cabo todos los pasos necesarios para derrocar al gobierno legítimamente elegido, aunque no tuvieron éxito gracias a la resistencia del ejército y a la implementación de medidas de excepción.

Tras esta imputación, se abrirá una fase de instrucción en la que se recogerán más pruebas y se tomarán declaraciones de testigos, antes de que el tribunal tome una decisión final. Bolsonaro, quien enfrenta una posible condena de hasta 40 años de prisión, decidió no asistir en persona a la votación, optando por conectarse por videoconferencia desde la oficina de su hijo Flávio Bolsonaro en el Senado, acompañado de varios aliados.

La Fiscal