En un giro inesperado de los acontecimientos, el gobernador de La Araucanía, Luciano Rivas, se encuentra en el ojo del huracán debido a su supuesta conexión con la Fundación Local, una ONG que enfrenta graves acusaciones de fraude y cohecho. Esta organización fue creada en 2011 por Pablo Gallardo, Carlos Soto y Cristián Gallardo, mientras estudiaban ingeniería en la Universidad Federico Santa María, y tenía como misión desarrollar proyectos en la Región de Valparaíso.

A medida que las investigaciones avanzan, la Fiscalia Regional ha revelado nuevos antecedentes que vinculan directamente al gobernador Rivas con altos directivos de la Fundación Local. En este marco, se ha destacado la relación personal entre Rivas y Héctor Troncoso, actual presidente de la fundación, quien ha admitido tener un vínculo de amistad con el gobernador, basado en la relación de sus hijos en el Colegio George Chaytor.

Pero eso no es todo, la trama se complica: la Fiscalia ha presentado un audio que muestra las gestiones de la fundación para trasladarse a Temuco, después de inicialmente no haber logrado buenos resultados en Valparaíso. En este contexto, se menciona un contacto inicial con Jaime Huenchuñir, un funcionario del GORE de La Araucanía, quien incentivó a los fundadores a postular a la región a cambio de un cambio en la directiva.

Los movimientos dentro de la fundación, que le permitieron adjudicarse más de $9 mil millones en proyectos del GORE relacionadas con medio ambiente, turismo y temas de género en 2022, se lograron después de que Troncoso, junto a otros, asumiera el control. La relación de amistad entre Rivas y Troncoso parece ser un hilo conductor de esta historia que se va desenredando.

Además, se ha confirmado que el hermano de uno de los nuevos directores de la fundación también trabajaba para el GORE, lo que plantea serias dudas sobre la transparencia en la adjudicación de estos proyectos. En su declaración, Troncoso incluso admite que su papel como presidente sería principalmente firman los documentos necesarios, dejando la ejecución de los proyectos a otros, lo que sugiere un dilema sobre la verdadera administración de la fundación.

Con elecciones a la vista, el próximo 16 y 17 de octubre, en las que Rivas buscará ser reelegido, la presión sobre su candidatura aumenta. Los ciudadanos de La Araucanía se enfrentan a una difícil decisión: ¿puede un gobernador con tales acusaciones en su contra realmente liderar la región? La situación podría intensificarse aún más y poner en juego no solo su futuro político, sino también la confianza de la comunidad en las instituciones públicas. La pregunta sigue flotando: ¿cuántas sorpresas más nos deparará esta historia?