La controversia en torno al pan de Pascua ha tenido un desenlace afortunado tras la decisión de los organizadores de descalificar a la Pastelería Mogador. Esto se debió a que presentaron un pan de Pascua que no fue elaborado en su propio local, haciéndolo pasar como propio durante la competencia.

Ante esta situación, la organización del evento optó por otorgar el primer lugar a la Pastelería The Moment Gourmet, que inicialmente había obtenido el segundo lugar. En consecuencia, la Pastelería Gloria Mery ascendió al segundo puesto, mientras que la Panadería San Ramón, que ocupaba el cuarto lugar, recibió el tercer premio.

Un aspecto significativo es que, al ser reconocida la verdadera autora del pan de Pascua, se decidió hacerle un homenaje especial a Deisy Henríquez, una emprendedora de Quilicura dedicada a la venta de repostería artesanal. La Asociación Gremial de Industriales del Pan de Santiago (Indupan) y la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan) le otorgaron una “Mención Honrosa”. Deisy expresó su alegría: “Fue algo totalmente inesperado, pero, bueno, si estoy aquí es porque soy la mejor haciendo lo que hago: mi pan de Pascua.” Además, fue generosa en su reacción hacia el propietario de Mogador, afirmando: “No necesito que me pida disculpas, porque ya lo perdoné.”

Por su parte, el dueño de Mogador justificó su omisión mencionando que, por nervios, no pudo recordar el nombre de Henríquez durante su intervención, lo cual, según confesó, había generado malestar.

Sin embargo, a pesar del reconocimiento de Deisy, Andrés Campeny, director de Indupan, aclaró que ella no pudo recibir el primer lugar debido a que no estaba inscrita en el concurso, que tiene bases específicas que deben cumplirse. "Ella presentó pruebas de que el dueño de Mogador adquirió dos panes de Pascua para la eliminatoria y tres más para la final. Todo está claramente documentado", declaró Campeny.

Este episodio ha desatado un debate sobre la honestidad en las competencias culinarias y la importancia de dar crédito a los verdaderos creadores de las delicias que tanto disfrutamos. A medida que se acercan las festividades, esta historia resuena como un recordatorio de la verdadera esencia de la Navidad: la celebración del trabajo arduo y el talento auténtico.