La entrañable artista chilena Gloria Benavides, conocida por su destacada participación en el programa de humor 'Jappening con Ja' y 'Sábado Gigante', ha compartido una impactante realidad que atraviesa a sus 76 años. En una reciente entrevista en el programa 'Todo va a estar bien' de Vía X, la actriz y cantante confesó que debido a su baja pensión debe continuar trabajando para poder sobrevivir.

"Está todo muy caro. Las pensiones están muy bajas", expresó Benavides, quien se presentó junto a sus compañeras Gaby Hernández y Gloria Münchmeyer para promocionar la obra teatral 'Viejas de Mierda'. Su declaración evidenció un problema que afecta a muchos adultos mayores en Chile, quienes se ven obligados a trabajar a pesar de su edad avanzada.

Eduardo de la Iglesia, conductor del programa, la cuestionó sobre si su pensión era suficiente para vivir, a lo que ella respondió con resignación: "Para dos remedios y se acaba, porque tengo dos remedios muy caros. Tengo que trabajar". Esta situación pone de manifiesto la necesidad de un cambio en las políticas de jubilación, que garanticen una mejor calidad de vida a los jubilados.

Gloria también reflexionó sobre la importancia de mantenerse activa en el mundo del espectáculo: "Cuando la gente jubila y se queda en la casa es como morir un poco. Entonces tenemos que trabajar para sentirnos vivas", dijo, resaltando el valor emocional que tiene para ella el aplauso del público. "El aplauso es precioso, me encanta que me aplaudan, el aplauso es maravilloso".

El testimonio de Benavides se suma a las voces de otros artistas que han hecho eco sobre la baja calidad de las pensiones en el país, un tema que ha suscitado un intenso debate social. En 2018, Gloria ya había compartido detalles de su situación financiera, revelando que su pensión mensual era de solo 158 mil pesos, inferior a la de una amiga suya que percibía 190 mil pesos.

La situación de Gloria Benavides es un llamado de atención para la sociedad chilena sobre la realidad que viven muchos de nuestros abuelos y abuelas que, a pesar de su contribución al desarrollo cultural del país, enfrentan dificultades económicas significativas en su vejez. Esperemos que su valentía al compartir su historia inspire un cambio real en la legislación sobre pensiones en Chile.