El científico chino He Jiankui, conocido por haber creado los primeros bebés modificados genéticamente, ha concedido una entrevista exclusiva en la que expresa sus inquietudes sobre la edición genética y su potencial. En sus declaraciones, Jiankui se presenta como un visionario que podría cambiar el rumbo de la ciencia, comparando su trabajo con los avances en tecnología bélica, como las armas nucleares.

«La edición genética tiene el poder de reconfigurar el mundo», afirma Jiankui. Su controversial experimento, que resultó en el nacimiento de gemelas modificadas para ser inmunes al VIH, desató un gran debate y lo llevó a recibir condenas por la comunidad científica internacional. A pesar de la controversia, Jiankui sostiene que su objetivo es ayudar a la humanidad, señalando que si se le permitiera, podría iniciar un proyecto para erradicar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer en cuestión de dos años.

No obstante, su perspectiva ha generado preocupación sobre las implicaciones éticas de la manipulación genética. Críticos advierten que sin una regulación adecuada, la edición genética podría llevar a desastres sociales y biológicos. Jiankui desafía esta noción, argumentando que la ciencia siempre ha estado un paso adelante, y su trabajo, aunque arriesgado, podría ofrecer soluciones a problemas que han plagado a la humanidad durante siglos.

Este debate se intensifica en un momento en que la biotecnología avanza rápidamente y donde el acceso a la edición genética se vuelve cada vez más común. A medida que más científicos y empresas se aventuran en este campo, la pregunta sobre hasta dónde estamos dispuestos a llegar con la modificación de la vida humana se vuelve más urgente.

He Jiankui, una figura controvertida, podría ser tanto un héroe como un villano en la narrativa de la ciencia del siglo XXI. ¿Estamos listos para enfrentar las consecuencias de una nueva era de manipulación genética?