Salud

Iker Garikoitz: “Mientras estudiaba Medicina, jugaba en Tercera División”

2025-01-15

Autor: Antonia

La fascinante historia de Iker Garikoitz Lizartza (Santa Cruz de Tenerife, 1997) se remonta a las Islas Canarias, el hogar de su madre, mientras que su padre lo conecta con el País Vasco. Allí, Iker tuvo la oportunidad de jugar un año en las categorías inferiores del Deportivo Alavés y varios años en la Tercera Federación, formando los cimientos de su carrera futbolística. A pesar de su éxito en el campo, su dedicación académica como médico fue una prioridad que lo llevó a A Coruña, una ciudad donde ha encontrado tanto estabilidad profesional como un club para retomar su pasión futbolística.

Claro que la vida de Iker no ha sido sencilla. Durante sus años de estudio en medicina, tuvo que dejar de jugar al fútbol: “Mientras hice Medicina jugaba en Tercera División, pero cuando hice el MIR, tuve que dejar el fútbol, no lo podía compaginar”, confiesa. Sin embargo, una vez establecido en A Coruña, amigos del equipo Ciudad Jardín lo animaron a regresar. “El primer año me estaba adaptando y no conocía a nadie en el fútbol gallego, pero luego me enganché nuevamente”, añade emocionado.

El jugador muestra gran satisfacción por su vida en A Coruña: “La verdad es que estoy muy contento aquí. El único problema es que la ciudad está un poco aislada y no tiene las mejores conexiones, pero estoy feliz en mi trabajo y con la gente del equipo”, afirma.

Sobre el equilibrio entre su carrera en medicina y el fútbol, Iker bromea, “No soy un genio en ninguna de las dos disciplinas, espero que la medicina sobresalga”. En cuanto a su trayectoria formativa, destaca su paso por el CD Sobradillo en Tenerife y su posterior fichaje por el Deportivo Alavés: “No tuve un gran año, ya sabía que no iba a seguir allí”, recuerda. Sin embargo, su experiencia en la SD Deusto en Tercera División fue gratificante: “Fue un año muy bueno”, dice con nostalgia.

Iker se considera un jugador más bien 'destructor', con un perfil físico que lo hace destacar en el campo: “Soy técnico, pero siempre he sido fuerte y con buena colocación. Mi rol es más bien mantener el orden del equipo”. A lo largo de su carrera, ha desempeñado varias posiciones: “He jugado de lateral derecho, extremo, delantero y como mediocentro defensivo, que es mi posición natural.”

Al hablar de las diferencias entre el fútbol canario, vasco y gallego, Iker señala la alegría del fútbol canario y la calidad técnica de sus jugadores. “El fútbol vasco es duro y táctico, lo que se adapta bien a mi juego. En cuanto al gallego, me recuerda más al vasco, pero aquí aún veo grandes diferencias.”

Ante la pregunta de si ha contactado con clubes de categoría superior, Iker responde con sinceridad: “Sí, pero no podría compaginarlo con mi trabajo. Me siento en buena forma para la Tercera Futgal, pero no para lo que exige un nivel superior. Estoy muy a gusto aquí, con un vestuario fantástico y un entrenador excepcional. Es una pena que no estemos un poco más arriba”, concluye con una sonrisa soñadora.

La historia de Iker Garikoitz es un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la dedicación pueden convivir en armonía, tanto dentro como fuera del campo. ¿Podría ser este el camino para otros jóvenes que buscan equilibrar su amor por el deporte y su vida profesional?