En una decisión que ha sacudido el orden geopolítico, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado a Ucrania a utilizar armamento estadounidense de largo alcance contra Rusia. Esta medida, revelada por altos funcionarios en declaraciones anónimas, marca un cambio significativo en la estrategia de apoyo a Kiev.

La Casa Blanca ha permitido “ataques limitados” dentro del territorio ruso, lo que ha suscitado especulaciones sobre una nueva escalada en el conflicto. Esta decisión parece ser una respuesta a la creciente preocupación por la presencia de miles de soldados norcoreanos, que han sido enviados al frente de batalla en apoyo a Rusia. Medios como The Washington Post y The New York Times han reportado que el objetivo de esta autorización es hacer que Corea del Norte revalúe su intervención, haciendo ver que su participación es un “costoso” error.

Los ataques se centrarán, en primera instancia, en la región de Kursk, donde fuerzas ucranianas han logrado controlar una pequeña parte del territorio ruso. Los soldados norcoreanos se encuentran desplegados en esa área desde octubre, intensificando la complejidad del conflicto.

En cuanto al armamento, Ucrania podrá hacer uso del Sistema Táctico de Misiles del Ejército (ATACMS), que tiene un alcance máximo de aproximadamente 305 kilómetros. Este sistema puede llevar tanto ojivas de bombas de racimo como convencionales, lo que aumenta significativamente la capacidad de ataque de Kiev.

Es crucial destacar que esta autorización se ha dado a menos de dos meses de las elecciones presidenciales en EE.UU., donde Donald Trump se perfila como un potencial cambio de liderazgo. Trump ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania, lo que añade incertidumbre sobre el futuro de la estrategia estadounidense en la región.

Funcionarios han indicado que la medida busca tener un “efecto muy específico y limitado” en el campo de batalla, intentando evitar una escalada mayor. No obstante, hay quienes sugieren que Biden busca fortalecer la posición de Ucrania para futuras negociaciones con Moscú, especialmente con un cambio de administración en el horizonte.

El contexto global y la dinámica de poder continúan evolucionando y esta decisión de Biden podría tener repercusiones a largo plazo no solo para Ucrania y Rusia, sino también para la seguridad de Europa y el equilibrio de poder en la región.