En un mundo donde la longevidad es un tema de creciente interés, un destacado gerontólogo, Jay Olshansky, ha desatado la controversia al afirmar que la mayoría de los niños actuales no vivirán hasta los 100 años como muchos estudios sugieren.

Olshansky, quien ha estado investigando el tema durante más de tres décadas, comparte la alarmante predicción de que estos niños podrían vivir solamente hasta los 85 años, con solo entre un 1% y un 5% de alcanzar el anhelado siglo de vida. Este pronóstico ha sido respaldado por un análisis exhaustivo publicado recientemente en la revista Nature Aging, que incluye datos de varios países como Australia, Francia, Japón y Estados Unidos.

Los resultados revelan que las niñas nacidas en 2019 tienen un 5,1% de probabilidades de llegar a los 100 años, en contraste con apenas un 1,8% para los varones. Esto plantea preguntas inquietantes sobre la salud y el futuro de las nuevas generaciones.

Olshansky afirma que hemos llegado a un punto en el que el aumento de la esperanza de vida ha comenzado a desacelerarse drásticamente. “Hemos esperado 30 años para probar nuestra hipótesis y ahora está comprobada", dice. Es importante mencionar que aunque la esperanza de vida sigue aumentando, lo hace a un ritmo mucho más lento que en décadas anteriores.

El gerontólogo también se refiere al trabajo de otros expertos que sugieren que el cuerpo humano está diseñado para vivir hasta los 120 años. Sin embargo, él advierte que muchas de estas afirmaciones son especulativas y no se basan en evidencias sólidas.

En su análisis, Olshansky cita el caso histórico de Jeanne Calment, la persona más longeva del mundo, quien vivió hasta los 122 años. A pesar de sus hábitos poco saludables, su caso es considerado una excepción, no la norma.

Abordando el envejecimiento desde una perspectiva biológica, Olshansky sostiene que este proceso es inevitable y que la degradación de nuestras células y órganos es un fenómeno que no puede ser detenido. "Mientras más personas expongas a la inexorabilidad del envejecimiento, más problemas enfrentarás para continuar aumentando la esperanza de vida", enfatiza.

El trabajo de la ciencia no se detiene ahí. De hecho, el investigador menciona que uno de los principales desafíos que enfrentamos actualmente son las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la obesidad y la diabetes, que han alcanzado proporciones epidémicas. Un estudio que él coescribió en 2005 predijo que la obesidad hará que la generación actual de niños viva menos que sus padres, un alarmante llamado a la acción.

A pesar de estas preocupaciones, Olshansky se mostró optimista. Destacó que la comunidad científica está trabajando arduamente en la gerociencia para desentrañar los secretos del envejecimiento y ralentizarlo. Investigaciones con modelos animales están prometiendo avances significativos, aunque aún queda mucho por hacer antes de que estos descubrimientos puedan traducirse en beneficios tangibles para los seres humanos.

La conclusión es clara: la longevidad podría estar en la mira de los científicos, pero el camino hacia la vida más larga y sana presenta muchos desafíos. ¿Estamos realmente preparados para lo que depara el futuro? Solo el tiempo lo dirá.