El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció este domingo un ambicioso plan de expansión en los Altos del Golán, una región siria ocupada y anexada por el Estado judío en 1981. Este proyecto, diseñado para duplicar la población actual de aproximadamente 50,000 personas, está respaldado por un presupuesto de unos diez millones de euros.

La iniciativa busca incrementar la cantidad de residentes en la zona, que actualmente alberga alrededor de 30 asentamientos poblados por judíos y drusos. Netanyahu afirmó con determinación: 'Fortalecer los Altos del Golán es fortalecer al Estado de Israel', sugiriendo que este movimiento es crucial en el contexto actual de inestabilidad en Siria tras el derrocamiento del presidente Bashar al Assad. La llegada de facciones yihadistas y rebeldes, apoyados por Turquía, ha planteado nuevas dinámicas en la región.

Esta aprobación de expansión se produce en un contexto de mayor intervención israelí, ya que el país ha comenzado a ocupar la zona desmilitarizada en territorio sirio bajo el pretexto de realizar 'operaciones de seguridad para reforzar la frontera'. Esta acción ha suscitado la ira de la comunidad internacional; el sábado pasado, varios países árabes y la Unión Europea denunciaron la operación como un nuevo acto de ocupación, instando a las fuerzas israelíes a retroceder.

Históricamente, Israel tomó los Altos del Golán durante la Guerra de los Seis Días en 1967, y realizó su anexión en 1981. A pesar de esta medida, la comunidad internacional, salvo Estados Unidos, no ha reconocido oficialmente la soberanía israelí sobre esta área.

Con el trasfondo de un conflicto en curso y cambios políticos drásticos en las manos de los actores locales e internacionales, la expansión de la población israelí en los Altos del Golán no solo es un asunto de demografía, sino que también resuena en la geopolítica de la región, elevando preocupaciones sobre posibles repercusiones e intensificando las tensiones entre Israel y sus vecinos árabes.