Ciencia

¡Increíble! Encuentran un cachorro congelado de diente de sable de hace 37.000 años que cambia todo lo que sabemos

2024-11-20

Autor: Valentina

Hace más de 11.000 años, un formidable grupo de mamíferos carnívoros conocido como “diente de sable” dominaba la fauna del planeta. Estos impresionantes felinos, cuyo aspecto recuerda al personaje de Diego en la película "La Era de Hielo", tenían colmillos largos y curvados que les distinguían de otras especies.

Recientemente, un descubrimiento sensacional ha sacudido el mundo de la paleontología: un cachorro de la especie Homotherium latidens, que ha permanecido congelado en el permafrost de Siberia durante 37.000 años, ha sido hallado en un sorprendente estado de conservación. Este hallazgo fue reportado en la prestigiosa revista Scientific Reports.

Si bien el descubrimiento se hizo en 2020, la naturaleza del hallazgo ha tenido que esperar hasta ahora para ser comunicado oficialmente tras revisiones por expertos independientes. Investigadores de la Academia Rusa de Ciencias, el Instituto Paleontológico Borissiak y el Instituto de Ecología Vegetal y Animal llevaron a cabo este fascinante estudio.

Este cachorro pertenecía a la familia de los felinos y presenta características anatómicas únicas nunca antes vistas en mamíferos extintos. Su colmillo, aunque de forma similar a otros depredadores como el Smilodon, era relativamente corto, sugiriendo un tipo de caza en grupo, una estrategia que pudo haber sido más eficaz en las vastas sabanas y praderas que ocupaban.

Los Homotherium latidens se distribuyeron a lo largo de una vasta región que abarcaba desde América del Norte hasta Eurasia y África. Su habilidad para adaptarse a hábitats abiertos les permitía cazar grandes herbívoros, coincidiendo con su época, el Pleistoceno, que abarcó desde hace aproximadamente 2.5 millones hasta unos 10.000 años.

Sin embargo, su extinción se atribuye a una serie de factores complejos, incluyendo cambios climáticos severos al final de la última glaciación, así como a la disminución de las poblaciones de sus presas y la competencia con otros depredadores, incluidos los humanos primitivos.

El cuerpo del cachorro, que incluye su cabeza y extremidades delanteras, fue extraído de un bloque de hielo donde había estado conservado. Gracias a las pruebas de datación por radiocarbono, se determinó que vivió durante el Pleistoceno tardío, específicamente hace entre 35.500 y 37.000 años. Los científicos lograron estimar que tenía aproximadamente tres semanas de edad en el momento de su muerte, basándose en el desarrollo de sus dientes incisivos de leche.

El estado de conservación es notable, con el cuerpo aún cubierto de un denso pelaje marrón y dos filas de bigotes visibles, lo que ofrece valiosos indicios sobre su anatomía. Sus patas delanteras conservan almohadillas suaves y garras afiladas, lo que permite realizar un análisis más detallado de sus adaptaciones físicas.

Durante años, la discusión sobre la apariencia de estos grandes felinos prehistóricos se había basado únicamente en huesos fosilizados, pero el descubrimiento de este cachorro marca un punto de inflexión, ofreciendo una visión más completa sobre su morfología, incluyendo sus orejas, hocico, músculos y pies anchos, adaptaciones cruciales para navegar en la profunda nieve.

Curiosamente, el análisis reveló que, aunque compartía algunas similitudes con los leones africanos modernos, el Homotherium tenía un cuerpo más corto y extremidades más largas, lo cual podría haber influido en su éxito como cazador. Uno de los hallazgos más sorprendentes fue el cuello robusto del cachorro, que resultó ser más del doble de grueso que el de un león contemporáneo.

Este descubrimiento no solo ilumina el pasado de estos impresionantes depredadores, sino que también enriquece nuestro entendimiento sobre su biología y ecología. Además, proporciona pistas valiosas sobre cómo estos felinos se adaptaron a sus entornos en un mundo que cambió rápidamente durante el Pleistoceno.

Investigar al Homotherium latidens podría ser clave para comprender mejor las adaptaciones morfológicas que desarrollaron en climas fríos, como sus patas anchas y garras adaptadas para caminar sobre la nieve. Sin duda, este hallazgo redefine lo que sabemos sobre las especies que una vez habitaron nuestro planeta.