Ciencia

¡Increíble hallazgo! Roca de 2,000 millones de años alberga microbios vivos en las profundidades de la Tierra

2024-10-04

Un descubrimiento sin precedentes ha sacudido el mundo científico: se han hallado bolsas de microbios vivas en una roca que tiene la asombrosa edad de 2,000 millones de años. Este hito representa el caso más antiguo de vida microbiana encontrado hasta la fecha.

La roca fue extraída del conocido Complejo Ígneo Bushveld en Sudáfrica, una región famosa por sus abundantes depósitos minerales, lo que añade un valor considerable a este descubrimiento. Gracias a la colaboración de un equipo de investigadores, se emplearon técnicas avanzadas como espectroscopia infrarroja, microscopía electrónica y microscopía fluorescente para asegurar que los microbios encontrados en la muestra eran autóctonos y no resultado de contaminación.

Este fascinante hallazgo no solo proporciona información sobre la evolución temprana de la vida en la Tierra, sino que también potencia la posibilidad de descubrir vida extraterrestre en rocas de similar antigüedad, traídas de Marte. Este punto es particularmente emocionante para los astrobiólogos que buscan signos de vida más allá de nuestro planeta. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Microbial Ecology.

En las profundidades del planeta, estas diminutas colonias microbianas han logrado sobrevivir durante miles e incluso millones de años, ofreciendo una visión única de cómo pudo ser la vida en épocas arcaicas. Estos microbios parecen evolucionar a un ritmo considerablemente más lento, lo que plantea la pregunta de cómo la vida pudo persistir en tal aislamiento.

"No sabíamos si las rocas de 2,000 millones de años eran habitables. Hasta este momento, la capa geológica más antigua que contenía microorganismos vivos se databa en 100 millones de años bajo el océano, lo que hace que este descubrimiento sea verdaderamente emocionante", afirma Yohey Suzuki, autor principal y profesor asociado de la Escuela de Posgrado de Ciencias de la Universidad de Tokio. Al estudiar el ADN y genomas de estos microbios extremadamente antiguos, los científicos esperan obtener pistas cruciales sobre la evolución de la vida en la Tierra.

La muestra fue extraída del Complejo Ígneo Bushveld (BIC), una intrusión rocosa en el noreste de Sudáfrica, que se formó cuando el magma se enfrió lentamente bajo la superficie terrestre. Este complejo ocupa un área aproximada de 66,000 kilómetros cuadrados –similar al tamaño de Irlanda–, presenta un espesor de hasta 9 km y contiene algunos de los depósitos minerales más ricos del mundo, incluyendo un notable 70% del platino extraído.

El BIC ha permanecido relativamente inalterado a través de los eones, creando un hábitat estable que ha permitido la continuidad de la vida microbiana hasta nuestros días.

En colaboración con el International Continental Scientific Drilling Program, un organismo sin fines de lucro que promueve la exploración geológica, el equipo logró obtener un núcleo de roca de 30 centímetros de longitud a aproximadamente 15 metros bajo tierra. Al analizar esta muestra, encontraron células microbianas densamente empaquetadas en las grietas de la roca, un entorno protegido que les ha permitido sobrevivir durante milenios. Lo intrigante es que todos los espacios cerca de estas grietas estaban obstruidos con arcilla, creando un ecosistema aislado que impide la entrada o salida de otros organismos.

Este descubrimiento no solo desafía nuestras concepciones sobre la vida en la Tierra antigua, sino que también abre nuevas puertas hacia el entendimiento de cómo la vida puede existir en entornos extremos, tanto en nuestro planeta como en otros cuerpos celestes.