En el Bioparc de Valencia, se ha vivido una conmovedora y desgarradora historia que ha capturado los corazones de todos desde febrero. Natalia, una chimpancé de la subespecie Pan troglodytes verus, sufrió la pérdida de su cría recién nacida, una tragedia que la ha mantenido en un estado de profundo duelo durante siete meses.

Durante este tiempo, Natalia no solo mantuvo el cuerpo sin vida de su pequeño a su lado, sino que lo abrazó con un amor profundo y sincero, como un testimonio de la conexión entre madre e hijo. La escena era desgarradora, pues muchos visitantes presenciaron cómo Natalia cargaba con los restos de su cría, que lamentablemente ya mostraban signos de descomposición. Esta imagen evocaba una mezcla de tristeza y profunda admiración por su fuerza emocional.

El pasado fin de semana, Natalia finalmente tomó la difícil decisión de dejar marchar el cuerpo de su pequeño, poniendo fin a su agonizante tristeza. Esta decisión fue recibida con lágrimas por los visitantes, quienes reflejaron su empatía en redes sociales, preguntando por el bienestar de Natalia y compartiendo su historia de amor y pérdida.

El equipo del Bioparc decidió no intervenir en este proceso de duelo, ya que creyeron que retirar el cuerpo de la cría podría causarle un daño emocional aún mayor. Es crucial para la estabilidad del grupo y la conservación de esta especie en peligro crítico de extinción que las relaciones emocionales dentro del grupo permanezcan intactas.

No es la primera vez que Natalia enfrenta una tragedia, pues en 2018 también perdió a otra cría, lo que parece haber profundizado aún más su proceso de duelo esta vez. Algunos expertos piensan que el duelo en los chimpancés puede ser un reflejo de la complejidad de sus emociones, similar a la experiencia humana.

Durante estos meses difíciles, otros miembros de la comunidad chimpancé han estado a su lado, incluyendo al macho y la otra madre que había dado a luz al mismo tiempo, brindándole apoyo emocional. Esto demuestra las complejas dinámicas sociales y emocionales que existen entre estos primates.

Los cuidadores del Bioparc han destacado la notable respuesta de los visitantes, quienes se han acercado a Natalia con comprensión y cariño. Esta historia no solo resalta la vida de estos increíbles animales, sino que también nos recuerda la importancia de la empatía y el duelo en el mundo animal. Al final, el amor de una madre trasciende todas las barreras, y el legado de su pequeño perdurará en el corazón de quienes han seguido su historia.