En un evento electoral en el Instituto de Humanidades Luis Campino, ubicado en la comuna de Providencia, muchas personas optaron por llevar a sus mascotas a votar. Este fenómeno no solo busca cumplir con un deber cívico, sino que también permite que los dueños pasen un rato agradable con sus animales que, en muchos casos, no pueden quedarse solos en casa.

Entre las historias destacadas, encontramos a Susana, quien sorprendió a todos al presentarse con un coche de bebé. Sin embargo, en lugar de un niño, su acompañante era su querido perro, Bolo. “No puede caminar, y no tengo a nadie con quien dejarlo, así que decidí traérmelo”, comentó Susana.

Bolo, de 17 años, enfrenta desafíos como la ceguera y una notable dificultad para moverse. Susana, quien ha estado cuidándolo durante años, le ha adaptado un estilo de vida que incluye paseos en su cochecito para garantizar su comodidad. “Es la mejor manera de que él esté seguro y feliz”, agregó. Además, mencionó que el calor podría ser un problema ese día, ya que se estimaban temperaturas de hasta 28 grados, y llevar a Bolo en el coche evita que se queme las patas.

Con una almohada, agua y una bolsa para recoger los desechos de Bolo, Susana estaba preparada para cualquier eventualidad. Esta historia conmovedora llama la atención sobre la importancia de cuidar a nuestros animales, especialmente aquellos que necesitan de nuestra ayuda extra.

La escena resalta el vínculo inquebrantable entre humanos y sus mascotas, recordándonos que, en ocasiones, la lealtad de nuestros animales traspasa la barrera de la vida cotidiana. Si algo nos muestra esta historia es que cada voto cuenta, y a veces son nuestros compañeros peludos quienes nos inspiran a ser más cívicos. ¡Qué hermosa manera de combinar el deber cívico con el amor por los animales!