Ciencia

¡Increíble! Un hallazgo Paleolítico revela secretos de caza sorprendentes en Cantabria

2024-10-05

Hace aproximadamente 17,000 años, un cazador o cazadora, en un bosque de lo que hoy es la comunidad de Cantabria, logró abatir a un caballo utilizando un sofisticado proyectil de piedra. Un fragmento de esta arma quedó incrustado en la mandíbula del animal, y recientemente ha sido identificado en la Cueva de La Garma por un grupo de investigadores. Este descubrimiento es histórico, ya que es el primero de su tipo documentado en la península Ibérica durante el Paleolítico.

El fragmento de sílex, posiblemente desgajado de una flecha, presenta características únicas. Según los estudios, se encuentra incrustado en la mandíbula de un caballo de aproximadamente cinco años, lo que sugiere estrategias de caza que nunca antes se habían contemplado para el periodo Magdaleniense, que marcó el final del Paleolítico tras la última gran glaciación. “Este tipo de evidencia es muy escasa en Europa y generalmente muestra impactos laterales. Sin embargo, aquí observamos un proyectil que penetró de abajo hacia arriba,” explica Marián Cueto, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona y líder del equipo de investigación.

La Cueva de La Garma, situada a unos 25 kilómetros al este de Santander, es un complejo arqueológico que revela un rico escenario del Paleolítico Superior, que abarca entre hace 43,000 y 10,000 años. Esta cueva no solo alberga restos de animales, sino también pinturas rupestres y evidencias de enterramientos de diferentes épocas, incluyendo la visigoda y la medieval. Su estructura incluye hasta diez cuevas interconectadas, lo que la convierte en una joya del estudio arqueológico.

Un grupo internacional de investigadores, dirigido por Roberto Ontañón del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), había encontrado previamente la mandíbula del caballo, y fue la marca del impacto lo que llamó la atención de Marián Cueto. Tras un análisis detallado, se confirmó que el fragmento era de un proyectil utilizado por cazadores de la época. La investigación fue publicada en el International Journal of Osteoarcheology, subrayando su importancia en la arqueología.

Este hallazgo es único no solo por su antigüedad, sino también por su contexto de caza. “Es plausible que el caballo fuera víctima de una emboscada, donde el cazador logró impactar en medio del movimiento de defensa del animal,” añade Cueto, resaltando una metodología de caza innovadora. Hasta ahora, la mayoría de las evidencias de caza correspondían a impactos laterales, lo que hace que este caso sea aún más impresionante.

El director del museo, Ontañón, destaca que en Europa se han encontrado menos de 30 fragmentos de proyectiles en restos de animales del Paleolítico, la mayoría en Alemania y Chequia, y ninguno hasta ahora en España ni Portugal. “Este fragmento de La Garma tiene el valor de ser el primero que se documenta oficialmente en nuestro país,” afirma.

A pesar de que se han encontrado puntas de flecha de épocas posteriores en España, como en el Mesolítico, no se habían hallado evidencias similares en restos faunísticos. La escasez de hallazgos se debe posiblemente a que la fauna postpaleolítica ha sido menos estudiada y a la rareza de condiciones que permitieran conservar estos proyectiles dentro de huesos.

José Yravedra, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, refuerza la trascendencia de este descubrimiento. “Nunca he encontrado un proyectil en restos faunísticos de la península. La probabilidad de un hallazgo así es extremadamente baja,” sostuvo. Además, hace hincapié en que el tipo de impacto y la potencia requerida sugieren el uso de un arco eficaz, ya que una lanza o jabalina no habría podido lograr esa penetración.

El análisis del proyectil, de ocho por seis milímetros, y el hueso del caballo se realizó mediante técnicas avanzadas de microscopía estereoscópica y radiología paleoarqueológica que confirmaron la trayectoria del impacto. Según el estudio, el tamaño y la penetración del proyectil sugieren el uso de un arma de alta velocidad, probablemente un arco, lo que abre un nuevo horizonte sobre las técnicas de caza del Paleolítico Superior.

Además, la anomalía en la cantidad de caballos encontrados en La Garma, que constituyen casi la mitad de los restos, es significativa. En otros yacimientos cercanos, como se ha documentado, predominan los restos de ciervo, representando hasta el 90% de las especies halladas.

Marián Cueto concluye que este hallazgo es una pista crucial para entender las estrategias de caza en la península Ibérica durante el Paleolítico Superior. El equipo de investigación, que incluye a expertos como Adriana Chauvin y Edgar Camarós, sigue desentrañando los secretos de esta fascinante era prehistórica.