El presidente de Chile, Gabriel Boric, se encuentra de visita en Estados Unidos, participando en el prestigioso World Leaders Forum de la Universidad de Columbia, donde se abordaron temas de gran relevancia y actualidad.

Durante el foro, un estudiante de la Escuela de Negocios formuló una pregunta provocadora, planteando cómo reaccionaría Boric si en su hogar se llevara a cabo un ataque que matara a sus hijos y si existiese la amenaza de cohetes de organizaciones terroristas en Chile.

Este contexto se relaciona con las fuertes críticas que Boric ha hecho hacia Israel, especialmente en lo que respecta a las violaciones al derecho internacional y los devastadores ataques a la Franja de Gaza. En este marco, el presidente expresó sin titubear: “Partiría por no hacer un genocidio al otro pueblo”, lo que generó una ovación amplia entre los asistentes.

Boric subrayó que, a pesar de que todos los países tienen el derecho de defenderse, ello no justifica el castigo colectivo que Israel está infligiendo al pueblo de Gaza. “Hoy en día hay 41 mil muertos en la Franja de Gaza. Esta situación es inaceptable”, agregó.

Además, Boric dejó claro su rechazo a las acciones de Hamás, a quienes calificó inequívocamente como una organización terrorista. “Condono de manera absoluta los atentados y las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de octubre del año pasado. También es imperativo que la comunidad internacional exija la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás. Empatizo profundamente con todas las familias que han perdido seres queridos en estos conflictos”, afirmó.

El presidente finalizó su intervención cuestionando a aquellos que argumentan que hay que elegir entre el terrorismo de Hamás o el genocidio perpetrado por Israel. “Me niego a elegir entre esos dos extremos. No podemos permitir que se nos exija optar entre barbaries”, sentenció.

Este discurso ha resonado profundamente en la comunidad internacional, resaltando la necesidad de buscar soluciones pacíficas y humanitarias en medio de la crisis. Boric, con su mensaje, se erige como una voz que desafía las narrativas de violencia y promueve la compasión y el diálogo en conflictos tan complejos.